Aún recuerdo el día en que vi en la página web de UPN información sobre programas de Doble Titulación e Intercambio Internacional, y me pregunté: ¿y si participo de un programa de intercambio? Cuando les comenté a mis padres la idea de estudiar en el extranjero, ellos desde el inicio y sin dudar me apoyaron y decidieron ser parte de este desafío para mí.
Cuando llegó el día de viajar a Brasil, recuerdo que tenía sentimientos encontrados, porque me entristecía dejar mi país, mi familia y amigos, pero emprender una nueva aventura era lo que más ansiaba.
Estudiar en la Universidad Anhembi Morumbi de Sao Paulo fue una de las mejores decisiones que tomé para seguir construyendo y creando nuevas experiencias en mi vida y también como profesional.
Sin duda lo que más me viene gustando de Brasil es que vivo de cerca otras culturas, tradiciones, su gastronomía, su arqueología, ampliando así mi visión global e enriqueciéndola de nuevas vivencias y aprendiendo de una sociedad diferente. Además es satisfactorio saber que existen entidades públicas que apoyan mucho a los jóvenes universitarios en su formación, y no solo a ellos, sino también en crear una sociedad culta, comprometida, donde en cada estación de bus o parques puedes encontrar libros, obras y demás; donde puedes llevártelas a casa sin ningún problema y retornarlas para que otros puedan seguir aprendiendo. Todas estas facilidades permiten que otras personas también puedan aproximarse a la cultura.
Hacer un intercambio internacional te abre una ventana a un mundo totalmente diferente, lleno de oportunidades y cosas nuevas. Y donde vives experiencias que jamás podrás olvidar. Es por ello que los animo a que sean parte de esto y tomen la decisión de salir de su zona de confort. Afuera hay grandes retos que los esperan
*Este post es un testimonio de Ammy Mamani Valles, estudiante de la carrera de Administración y Negocios Internacionales de la Universidad Privada del Norte.
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