Al concluir la carrera de Ingeniería Ambiental, María Nilsa Fernández planteó en su tesis la necesidad de conservar y proteger las turberas de carbono en los bofedales de Tumbadén, en Cajamarca. Sobre este importante proyecto y su fuerte vínculo con la naturaleza conversamos a continuación.
Al conocer el trabajo que realizas en tu especialidad, uno podría pensar que siempre tuviste el deseo de estudiar Ingeniería Ambiental. ¿Fue realmente así? ¿Qué te llevó a elegir esta carrera a la que te dedicas con tanta pasión?
Durante mi infancia y parte de mi adolescencia viví entre la ciudad y el campo debido a que mi padre era agricultor. Me gustaba mucho disfrutar de la naturaleza y poder ser parte de la siembra y cosecha de alimentos, además de la ganadería. Con los años me fue inclinando por estudiar algo relacionado con eso y tuve la oportunidad de postular al Programa de BECA 18, donde una de las carreras que ofertaban era Ingeniería Ambiental. Investigué en qué consistía y me llamó mucho la atención que un profesional en ingeniería ambiental es un “doctor del ambiente”, capaz de prevenir, mitigar, minimizar y solucionar los impactos ambientales, generando un desarrollo sostenible y mejorando la calidad de vida de la población. Así que elegí esta carrera.
Carbono en los bofedales. Habitualmente creemos que este elemento se eleva y pierde en la atmósfera, pero tú has desarrollado una tesis en la que propones que bajo las aguas y el suelo de Tumbadén existe este material y hay que evitar que se disperse. ¿Cómo así te interesaste en este tema?
En el curso de Manejo Integral de Cuencas pude visitar y conocer los bofedales de Alto Perú. Me impresionó el hecho de que esta zona forma parte de la cabecera de cuenca cajamarquina y que ahí nacen ríos como el Jequetepeque y Río Grande, además de tener una gran biodiversidad de flora y fauna. Me propuse demostrar por qué deberíamos conservar y proteger este ecosistema tan frágil y megadiverso, busqué información y solicité apoyo a mis docentes, tuve la oportunidad de poder hablar de este tema con el Dr. Juan García Duro de la Universidad de Santiago de Compostela, que estaba en Cajamarca dando algunas ponencias. Me explicó que el valor de las turberas radica en la cantidad de carbono que absorben en el suelo, de manera que cuantifiqué el carbono existente en el suelo de las turberas de Alto Perú, pues no había estudios previos de este tipo en la zona.
Debido a las condiciones climáticas y a la vegetación presente, esta zona es capaz de almacenar y estabilizar grandes cantidades de carbono permitiendo que disminuya el que se encuentra en la atmósfera. Por ello, la FAO debería considerarla como sumidero de carbono para protegerla y evitar que los suelos sean alterados con actividades antropogénicas tales como minería, agricultura, ganadería o extracción de turba, ya que liberarían grandes cantidades de carbono a la atmósfera y perderían su capacidad de almacenar y purificar el agua.
Dado que al CO2 se le da diferentes usos, ¿existe la posibilidad de utilizar el carbono depositado en esta zona? ¿Qué sería necesario para ello?
La importancia de esta zona radica en que es un sumidero de carbono, eso quiere decir que es capaz de almacenar grandes cantidades de carbono y estabilizarlo para evitar que el carbono atmosférico aumente. A nivel mundial ecosistemas como este solo hay 3%, así que cambiar su uso sería perjudicial porque este carbono se eliminaría hacia la atmósfera generando variaciones en el clima y por ende en el desarrollo de la vida en el planeta. Lo que se podría realizar es una valoración económica de la zona y solicitar pagos por servicios ecosistémicos como se hace con los bosques ya que el potencial de captar carbono de esta zona es mucho mayor si lo comparamos con ecosistemas forestales.
Has señalado que Cajamarca tiene diversos pasivos ambientales y es necesario recuperar las áreas afectadas. Imaginemos que eres designada ministra del Ambiente. ¿Cuáles serían tus acciones prioritarias?
Creo que es un cargo es de gran responsabilidad y requiere de mucha experiencia y capacitación. Estoy empezando mi desarrollo profesional y lo que conozco sobre los problemas ambientales de nuestra región me impulsa a mejorar la calidad de vida de mis paisanos, quienes debido a los pasivos ambientales no pueden acceder a servicios básicos como agua segura.
(Fuente: Andina/PRONABEC)
Pero si llegara a ser ministra del Ambiente priorizaría acciones necesarias para un aprovechamiento sostenible de nuestros recursos naturales, además de la identificación de zonas que deben ser protegidas por su valor ambiental, al tiempo de implementar pagos por servicios ecosistémicos que permiten no solo cuidar el medioambiente sino mejorar la economía de la población más vulnerable.
Eres una joven profesional que se abre un camino prometedor. ¿Qué les dirías a quienes quieren seguir una trayectoria similar a la tuya?
Que a pesar de cualquier adversidad somos capaces de lograr lo que nos propongamos. Solo tenemos que perseverar y no darnos por vencidos, la clave del éxito es la educación. Busquemos siempre capacitarnos para que nuestras decisiones puedan contribuir a un desarrollo sostenible que permita a las futuras generaciones disfrutar de los recursos que nos brinda nuestro planeta.
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