Más allá de legítimas posiciones ideológicas, las sociedades modernas y democráticas deben defender la libertad de expresión.
Leo la carta firmada por la directora, el productor y los reporteros del programa periodístico Cuarto Poder dirigidas al presidente y a los miembros del directorio de América Televisión explicando que el director periodístico del canal, Gilberto Hume, señaló abiertamente que a la empresa le preocupaba cierta candidatura y que se debía apoyar a la otra.
Este caso, que se analiza en el Tribunal de Ética del Consejo de la Prensa Peruana y otras instancias, genera un debate en torno a la libertad de expresión en el país. Hay otros temas de amenaza a la libertad de expresión, pero el caso de Cuarto Poder es el más emblemático porque tiene que ver también con la libertad de empresa, con las presiones de los políticos a la prensa y con el derecho de los ciudadanos a recibir información de calidad para tomar decisiones acertadas.
Al terminar de leer la carta pensé que Javier Darío Restrepo podría ayudarnos a aclarar el panorama. ¿Quién es? Gabriel García Márquez, creador de la Fundación para un Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI), ahora conocido con Fundación Gabo, propuso que fuera Javier Darío Restrepo el encargado de liderar los talleres de ética periodística en dicha fundación.
Javier Darío Restrepo es, pues, el indicado para hablar sobre la ética y sobre la libertad de expresión. En su libro El zumbido y el moscardón, que es resultado del Programa Ética Periodística desarrollado por la FNPI, responde a la pregunta: ¿Cuáles son las diferencias entre libertad de empresa y de expresión?
“Se trata de dos expresiones de la libertad distintas y en ninguna forma asimilables. La libertad de empresa garantiza el ejercicio de la actividad económica y la iniciativa privada sin más límites que los que protegen el bien común. Es un derecho que supone responsabilidades”.
“Otra cosa es la libertad de expresión, que es el derecho a difundir contenidos simbólicos. La defienden las constituciones de los países democráticos como parte de la esencia de la democracia porque denuncia la injusticia, hace control al ejercicio de las funciones públicas, investiga el acontecer incierto y alerta a la sociedad cuando la amenazan peligros de diversa índole. Como se ve, se trata de ejercicios distintos de la libertad que contribuyen, cada uno en su área, a la consolidación de las libertades de la sociedad”.
A la luz de la respuesta de Javier Darío Restrepo podemos señalar que la libertad de expresión es el pilar fundamental para el fortalecimiento de la democracia. La sociedades modernas y democráticas deben defender la libertad de expresión.
Nuestra Constitución señala que los ciudadanos tienen derecho a las libertades de información, opinión, expresión y difusión del pensamiento mediante la palabra oral o escrita o la imagen, por cualquier medio de comunicación social, sin previa autorización ni censura ni impedimento algunos, bajo las responsabilidades de ley.
*Este post es una colaboración de Paco Moreno, docente de la Facultad de Comunicaciones de la Universidad Privada del Norte.
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