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Nuestro director nacional de la Facultad de Salud sostiene que, dada la relación entre obesidad y mortalidad por COVID, resulta contraproducente la reciente modificación de los lineamientos de vigilancia de salud.
La obesidad es el incremento en la composición de grasa que se traduce en un aumento del peso corporal. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el sobrepeso como el índice de masa corporal (IMC) igual o mayor de 25 y la obesidad como el IMC igual o mayor de 30, con diferentes grados de severidad, considerando obesidad mórbida extrema al IMC igual o mayor de 40.
La obesidad se ha convertido en la enfermedad metabólica más prevalente en occidente y antes del COVID era considerada una pandemia silente que afecta a 1,200 millones de personas en el mundo. En el Perú, según datos del Instituto Nacional de Salud (INS) el 70% de adultos padece de sobrepeso-obesidad y de manera alarmante el 30% de escolares, cerca del 25% de adolescentes y el 40% de jóvenes se encuentran en este grupo.
Por otro lado, la obesidad debe ser considerada como una enfermedad crónica que está asociada a un incremento de hipertensión, diabetes, infarto cardiaco, infarto cerebral, cirrosis hepática e insuficiencia renal.
Ahora bien, ¿cuál es la relación de la obesidad con el COVID? En dos estudios observacionales recientes realizados en pacientes COVID-19, se encontró que la obesidad (definida en estos estudios como un IMC > 25 y 28) incrementaba tres veces el riesgo de hacer una forma grave y morir por esta enfermedad. Adicionalmente, los pacientes obesos demandan grandes retos para su cuidado en la UCI que incluyen intubación difícil, dificultades en la ventilación mecánica, mayor consumo de sedantes-miorelajantes, la pronación aumenta la carga de trabajo de enfermería y existe mayor probabilidad de complicaciones secundarias (úlceras por presión, trombosis venosa, embolia pulmonar, insuficiencia renal por miolisis, neumonía bacteriana).
Según información oficial publicada por el Centro Nacional de Epidemiología, Prevención y Control de Enfermedades del MINSA, la obesidad es el factor de riesgo de mortalidad por COVID-19 más importante en nuestro país, incrementando 8.86 veces el riesgo de morir por esta enfermedad. En el Perú, un obeso que se infecta tiene un riesgo de morir que duplica el riesgo de un adulto mayor de 60 años (riesgo 4.45) y triplica el riesgo de un diabético (riesgo 2.70) o una persona con cáncer (riesgo 2.59).
Sin embargo, a pesar de esta evidencia el mismo MINSA ha modificado el documento técnico “Lineamientos para la vigilancia de la salud de los trabajadores con riesgo de exposición al COVID 19” cambiando la definición operativa del factor de riesgo Obesidad a un IMC igual o mayor de 40, sin explicar el sustento técnico. La epidemiología es “información para la acción” y las decisiones en salud pública deben estar sustentadas en evidencia. Estamos iniciando la fase 2 de la reactivación económica y aún estamos a tiempo de prevenir antes que lamentar.
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