Emprendimientos post pandemia: oportunidades en el cuarto sector

El cuarto sector, que engloba negocios que desarrollan actividades económicas con impacto social y cuidado ambiental, entre otros beneficios, se presenta como una alternativa para llevar adelante emprendimientos post pandemia.

 El diagnóstico sobre el estado en que quedará la economía global tras la pandemia es conocido y no hace falta abundar en ello. Sin embargo, más allá de lo poco alentador que resulte, lo importante ahora es explorar las opciones que existen para remediar los estragos.

Ya en nuestra realidad, uno de los problemas acuciantes es el desempleo juvenil. En parte como producto del magro crecimiento de los últimos años, pero también debido a un inadecuado nivel de capacitación y a los elevados costos del empleo formal, el desempleo juvenil se situó el año pasado en 10.9%.

La fuerte caída de la actividad económica durante el último trimestre agrava este panorama. Sin embargo, justamente por la necesidad de contribuir con la recuperación del país, surgen oportunidades de inversión con proyecciones favorables. Hablamos de los emprendimientos en el cuarto sector, un ámbito orientado a producir y satisfacer necesidades bajo premisas de sostenibilidad ambiental y beneficio social.

Jóvenes emprendiendo para jóvenes

Empecemos por lo siguiente: el componente de las generaciones millennial y centennial (por debajo de los 40 años) sobrepasa ya el 60% de la población mundial y en el Perú la proporción probablemente sea mayor. ¿A qué viene esto? A que estos jóvenes asumen un serio compromiso con el cuidado ambiental, el fair trade, el trato justo a los trabajadores, y en general con todo aquello que signifique sociedades menos dispares y más inclusivas. Son generaciones que apuestan por renovar el mundo.

De esta manera, en un escenario de creatividad, reinvenciones e innovaciones, profesionales de los negocios de reciente hornada podrían desarrollar actividades con un impacto social positivo, incorporando a la vez en sus empresas a jóvenes que comparten sus ideales. En otras palabras, se les presenta la oportunidad de emprender negocios que generen beneficios múltiples.

Desde restaurantes que garantizan la trazabilidad de sus alimentos hasta plantas de reciclaje que utilizan procedimientos e insumos no nocivos para el ambiente, las posibilidades son diversas en rubros también diversos. Cierto es que estos emprendimientos, como todos, requieren de los necesarios estudios de mercado antes de entrar a competir, pero se trata de un nicho poco desarrollado en nuestro medio y eso suma a las posibilidades de éxito.

Lo que cabría esperar es la reducción de las barreras que dificultan los emprendimientos formales y el análisis de incentivos que premien la innovación. Al respecto existen propuestas de tributación progresiva que permitirían a los inversionistas seguir adelante durante las etapas iniciales del negocio, arduas por definición.

Se dice que este tipo de proyectos tienen en esencia el propósito de crear un mundo mejor. Que la iniciativa y el ánimo de los emprendedores no encuentre obstáculos.

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