Southwest Airlines es una compañía que se hizo conocida por recibir a sus pasajeros con bolsas de maní y jugo de naranja o manzana. Nadie esperaba una bandeja con delicias o una copa de vino que hiciera llevadero el vuelo, pero además nadie se molestaba porque la tripulación atendiera con vestimentas propias de un safari. Sin duda alguna, estas peculiaridades son parte de una estrategia que le permite a Southwest volar, a diferencia de sus competidores, sin turbulencias.
En efecto, de acuerdo a un artículo de Wharton School, mientras las más grandes aerolíneas de Estados Unidos han perdido decenas de millones de dólares en los últimos años, Southwest continúa surcando los cielos con rendimientos positivos.
En palabras de su fundador y ex CEO Herbert Kelleher, “el secreto está a disposición de todo el mundo, incluidos los competidores. Consiste en cierta obsesión por mantener los costes bajos y tratar bien a los trabajadores, así como un compromiso de gestionar la empresa durante los periodos de “boom” con un ojo puesto en la recesión que inevitablemente vendrá a continuación”.
Kelleher sostiene que estas acciones permiten que todo lo demás funcione por sí mismo. “Para tener éxito en los negocios se necesita cierto sentido histórico y futurístico”, menciona. Añade no conocer muy bien el significado de la frase, pero en cualquier caso dice que hay que tomarla como una advertencia ante los malos tiempos que suelen seguir a otros de auge.
Conocido por su mordacidad, Kelleher afirma que “después del 11 de septiembre no canceló ningún vuelo ni despidió a ningún empleado”. Southwest pudo actuar de esta manera debido a sus bajos costos y a sus sólidos resultados en el sector. De hecho, la empresa, fundada en 1967 y con base en Dallas, Texas, no ha dejado de ganar dinero durante los últimos 30 años.
Kelleher asumió desde siempre una tarea personal entre sus trabajadores para motivarlos a cuidar los costos. “Incluso en los mejores tiempos mantuvimos bajos nuestros costos y pusimos en duda cada gasto”. Esta estrategia le ha permitido a Southwest ganar un importante nicho de mercado –llamado en el sector aéreo “efecto Southwest”-, en virtud del cual la compañía opera con las tarifas más bajas de los Estados Unidos y obliga a las demás líneas a hacer lo mismo.
En cuanto al otro componente del éxito –un grupo humano comprometido- el buen trato que la compañía dispensa a sus empleados no implica ofrecerles grandes sueldos. Ciertamente tienen salarios inferiores a los de sus pares en otras aerolíneas. Sin embargo, Southwest distribuye acciones entre todos sus trabajadores y eso les permite participar de los logros financieros de la empresa. Sumado esto a una política de no despidos, los resultados en términos de productividad e identificación son los que la compañía espera.
Fuente:
http://www.knowledgeatwharton.com.es/article/el-exito-de-southwest-airlines-un-secreto-a-voces/
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