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Hace un par de años un cliente me confesó que estaba desesperado. Tenía una estructura de marketing en la empresa, personal comprometido, presupuesto, entre otras herramientas más. Cuando me reuní con su equipo marketero para las primeras asesorías, efectivamente, tenía todo ello, menos un plan de marketing.
Antes de abordar esta pregunta, quizás sea necesario entender qué no es un plan de marketing. Para empezar, un plan de mercadotecnia no es una hoja mágica que nos va a garantizar ventas en el mercado.
Tampoco es un PowerPoint colorido con fotos y slogans acompañados de porcentajes de share esperados. Mucho menos, un conglomerado de medios y audiovisuales. Señoras y señores, un plan de marketing es uno de los documentos más complejos en una organización. Su estructura técnica, demanda de conocimientos, así como el impacto que genera en toda una compañía, lo convierten en el ejemplar —porque plan de tres hojas no es plan— más importante e infaltable.
Entonces ¿qué es un plan de marketing? Podemos definirlo como la guía de mercado de la empresa, la cual contiene todos los elementos claves a trabajar para lograr la generación del ingreso principal del negocio. Estos elementos imprescindibles son los siguientes:
Operar sin un plan es caminar en el mercado a ciegas, de manera reactiva y defensiva. Ante cada acción de la competencia o cambios en el comportamiento del consumidor, reaccionaremos para no perder mercado y, por ende, ingresos. Nos defenderemos para sobrevivir.
Sin embargo, al contar con un plan de marketing podremos anticipar y prepararnos para determinados movimientos de la oferta y la demanda. Asimismo, seremos capaces de generar eficiencias en la gestión de los productos, precios, promociones y plazas en las que estamos o pretendemos operar. Allí radica la importancia del plan de marketing.
Conocer y visionar la realidad política, social y económica de las comunidades en las que operamos. Un buen plan de marketing debe contemplar todas aquellas variables que impactan en la capacidad de comprar del consumidor.
Establecer los lineamientos generales y el detalle minucioso de acciones, para posicionar nuestros productos en la mente del consumidor.
Definir el curso de acción adecuado para generar las ventas y la recompra, que se alinean con los objetivos financieros de la organización.
A continuación, estos son los 3 pasos sobre cómo hacer un plan de marketing:
Contar con el recurso humano competente. Es necesario involucrar a los colaboradores líderes que no solo conocen de marketing, sino también del contexto político, social y económico.
La mercadotecnia, además de tener sus bases en la economía, es una disciplina que aborda la sociología y la psicología.
Evaluar el desempeño histórico de los productos propios y, de ser posible, de la competencia. El pasado es la mejor fuente para moldear el futuro.
Establecer metas, objetivos y estrategias de la manera más clara, simple y realista. Los planes ideales conllevan a la frustración. Los planes reales, al logro esperado.
Recordemos que, una vez culminado el plan, serán varios colaboradores los que se involucren en la implementación. Mientras más fácil digerir la información, más probabilidades de éxito.
Existen diversos tipos de planes de marketing, los cuales varían según temporalidad, objetivo y contenido. Los más comunes son:
Por lo general, el plan de marketing según niveles es el más recomendado, ya que brinda la guía para operar en el mercado. Luego, dentro de los planes de marketing según estrategia, es indudable que aquellos que se alinean con lo digital serán cruciales para nuestro negocio hoy en día.
No obstante, más allá de lo usual y la teoría, cada empresa debe evaluar y decidir cuáles son los mejores planes de marketing a desarrollar. Será la realidad en la que se encuentra, la que determine el curso y la esencia del planeamiento.
Una maestría es un conjunto de nuevos saberes que se imparten, en respuesta a un objetivo profesional o puntual de un ejecutivo. La diferencia que tienen las maestrías en UPN, incluida la de Gerencia de Marketing y Gestión Comercial, es que dichos conocimientos vienen acompañados de una metodología que permite la adecuación de la teoría a la realidad de cada participante.
Mediante debates académicos, análisis de informes y casos reales, así como de investigaciones individuales y grupales; los maestrandos no solo obtienen conocimientos, sino también competencias que elevan la calidad de su capacidad de gerenciamiento.
*Este post es una colaboración Willy Wong, magister en Educación y docente de la Universidad Privada del Norte.
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