Eric Weiner y los clusters de la genialidad

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¿Es posible que los genios y sus genialidades surjan en lugares y momentos específicos? Esta es la interrogante premisa que se plantea Eric Weiner al inicio de Geografía del genio: en busca de los lugares más creativos del mundo, desde la antigua Grecia a Silicon Valley, libro publicado en enero último con muy buena crítica.

Periodista y viajero impenitente, Weiner propone que cuando hablamos de genios no sólo importa lo que son o cómo llegaron a serlo, sino también en dónde desarrollaron su genialidad.

De esta manera, a través de diferentes periodos históricos, el autor identifica ciudades y lugares en que crecieron o confluyeron personajes que, en múltiples ámbitos de la vida humana, dieron lugar a creaciones que han trascendido en el tiempo. Weiner se refiere a estos espacios geográficos como clusters de la genialidad, y a los hombres que acogieron como genios creativos.

Hablando de Atenas y sus pensadores, Weiner sostiene que sería poco serio afirmar que esta ciudad hubiese estado predestinada a ser el foco de las ideas que han gobernado el mundo occidental por siglos. “Atenas era sólo una de varias ciudades que eran más grandes, más ricas e incluso más poderosas en lo militar, como Esparta. Sin embargo, ninguna de ellas tuvo el mismo brillo intelectual que Atenas”, señala.

Tampoco tuvo Atenas una tierra bendecida y la producción de alimentos fue escasa. Weiner llega a la conclusión de que la prosperidad de Atenas se debió, como siempre, a una cuestión de actitud. Una actitud que se transformó en cultura. “En el caso de Atenas, fue una orientación hacia afuera. Los atenienses fueron grandes navegantes, casi unos errantes”. En esa disposición a explorar encontraron la fuente de sus conocimientos.

“En realidad los griegos no inventaron tanto como solemos pensar, sino que perfeccionaron mucho de lo que descubrieron”, acota el autor, y quizá Silicon Valley sea actualmente la expresión de ese espíritu que acoge y se nutre de la diversidad para crear.

Más adelante, tocando a la villa italiana de Florencia, Weiner anota que la ebullición artística que la convirtió en la capital del Renacimiento tuvo que ver con el estímulo del genio creativo por parte de los mecenas. Destaca por ello la importancia de que los genios sean descubiertos y se sepa de ellos.

Otro caso que describe en su libro es el de la ciudad de Edimburgo (Escocia), en donde durante el siglo XVIII convergieron, entre otros nombres, los de Adam Smith, David Hume y James Watt. Dice Weiner que solían reunirse cada viernes por la tarde en el Oyster Club para comer ostras y beber vino. Durante esas citas surgían conversaciones en torno a diversidad de temas, una actitud abarcadora que Weiner asume como otro de los rasgos de los genios y los clusters de la genialidad. Para el autor, la excesiva especialización de las últimas décadas es contraria a la posibilidad de que aparezcan nuevos genios.

Weiner concluye en definitiva que al estudiar los clusters de la genialidad se descubren características comunes: apertura, mentores, dinamismo, caos y discernimiento para separar las buenas ideas de las que no lo son.

Adjuntamos enlace a una entrevista concedida por el autor a una emisora de Knowledge Wharton, así como un tráiler sobre el contenido del libro.

http://www.knowledgeatwharton.com.es/article/la-geografia-del-genio-puede-un-lugar-despertar-la-creatividad/

https://www.youtube.com/watch?v=FnaPHWFh8DE

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