“Conocer a tu audiencia” es una condición indispensable para quienes hacen comunicación. Esto supone que en la medida en que uno esté familiarizado con las necesidades y preferencias de las personas a las que quiere llegar, mayores serán las probabilidades de diseñar productos que satisfagan tales requerimientos.
Sin embargo, la sobreabundante información de estos días genera a menudo un desinterés por parte del público, por lo que Alison Davis, colaboradora de Inc. magazine, recomienda ejercitar algo también conocido por la mayoría de nosotros: querer a nuestros clientes.
En opinión de Davis, dicho amor tiene que ser sincero –no manufacturado ni manipulado- y por cierto incondicional. Solo a través de un afecto de tales características, usted podrá entregar a sus clientes lo que ellos consideran verdadero. Se dará cuenta de esta manera que es capaz de comunicar en formas que conectan profundamente. Recuerde que usted no está en la otra orilla con relación a sus clientes, está cerca de ellos.
La autora cita algunos ejemplos de lo provechoso que resulta llegar a nuestros clientes con mensajes que denoten y connoten cuánto nos preocupan.
Davis señala que todo lo anterior habla de afecto. Pero el concepto de “amar al cliente” es tan pragmático como filosófico. “He conocido organizaciones en las que se tiende a tratar a los clientes con cierta conmiseración y no afecto”, refiere. Para la autora pretender cambiar todo es imposible, pero asegura que cuando existe un afecto honesto las cosas siempre llegan.
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