Rezago de estilos verticalistas que estuvieron en boga hasta mediados del siglo pasado, el carácter dominante-agresivo que algunos ejecutivos consideran necesario para que los equipos de trabajo obtengan resultados supone verdaderos y serios riesgos para la salud. Es la conclusión a la que llega un estudio realizado por especialistas de la Universidad de Utah que no se debería pasar por alto.
El psicólogo Timothy W. Smith y otros colegas de dicho centro de estudios encuestaron a 500 estudiantes divididos en cuatro grupos para comparar los efectos en la salud de las personalidades hostiles-dominantes con las de estilo cálido-dominante.
Lo que encontraron fue el clásico ejemplo de “karma de conducta”. Aquellos que mostraron una actitud abrasiva sobre otros registraron igualmente mayor hostilidad y estrés interpersonal en sus vidas cotidianas, con un significativo incremento de la presión arterial cuando interactúan con otros de una personalidad dominante similar. Como lo han demostrado investigaciones previas, el aumento de la presión como consecuencia del estrés pone a las personas ante el riesgo de un accidente cardiovascular.
Por su parte, la gente de tipo cálido-dominante no sólo es más amigable y comprensiva, sino que tiende a ubicarse en niveles sociales más elevados. Aún más, en otro estudio llevado a cabo entre 154 parejas casadas y maduras se encontró que el estilo de personalidad cálido-dominante se asocia con un menor número de conflictos y mayor apoyo.
Como para no dejar de preocuparse, las personas de estilo agresivo muestran mayor incidencia de arterioesclerosis en función a mediciones de calcificación de la arteria coronaria.
“Tratar de escalar y lograr posiciones a través de actitudes agresivas o de una obsesión por la competitividad acortará su vida al incrementar la probabilidad de una enfermedad cardiovascular. En la otra orilla, una actitud tolerante eleva nuestro prestigio al tiempo de generar efectos benéficos para nuestra salud”, señala el doctor Smith.
El especialista añade que aun cuando la personalidad suele tener raíces muy fuertes, introducir hábitos y actitudes diferentes es posible. “Nunca es tarde cuando la salud está de por medio”, señala. “Pero antes que nada debemos hacer un compromiso serio con nosotros mismos, lo que implica dejar atrás todo aquello que conlleva riesgos”.
Fuente:
http://www.management-issues.com/news/7030/dominance-could-kill-you/
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