Los primeros días de noviembre, la Comisión Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés), que reúne a lo más conspicuo de la opinión científica, anunció que era muy probable que el cambio climático se debiera a la actividad humana. Esto, en el lenguaje de IPCC, significa una probabilidad de 95%. El reclamo forma parte de la quinta auditoría que la comisión hace al estado del clima global. A diferencia de la última, en la primera auditoría, realizada en 1990, IPCC había declarado que “el incremento de la temperatura podía asociarse a variaciones naturales”.
¿Por qué ahora los científicos del clima tienen mayor certeza de que el cambio climático es producto del hombre y no de procesos naturales?, plantea The Economist en un reciente informe sobre el tema.
Son varios los factores que influyen en el clima, pero tal vez el más importante es el dióxido de carbono (CO2). El CO2 absorbe calor infrarrojo a un nivel constante y más alto que el nitrógeno y oxígeno –los elementos principales de la atmósfera-, de modo que a más CO2, mayor será la tendencia de la atmósfera a calentarse. Los científicos atribuyen el cambio climático a la actividad humana sencillamente porque la gente ha sido responsable del elevado incremento de CO2. Al inicio de la revolución industrial, alrededor de 1800, había 280 partes por millón (ppm) de CO2 en la atmósfera. Este ha sido el nivel durante la mayor parte de la historia de la humanidad. Sin embargo, este año la concentración de CO2 excede los 400 ppm, un nivel que no había alcanzado en un millón de años.
Ahora, el incremento ha sido ocasionado principalmente por la combustión de combustibles fósiles (derivados del petróleo). En los Estados Unidos, por ejemplo, 38% del CO2 producido en 2012 provino de la generación de electricidad y un 32% de las emisiones de vehículos (el resto se originó en procesos industriales, construcción de edificios y otros). También se produce CO2 cuando la gente desaparece bosques para convertirlos en granjas y pasturas. Con todo, el ratio en el cual el CO2 absorbe calor –establecido con precisión en laboratorios- no explica del todo el aumento de las temperaturas globales. Si las concentraciones de CO2 fuesen el doble de los niveles de 1800, la temperatura del mundo debería estar 1° por encima de lo normal. Se presume entonces de otras influencias en relación al clima.
La subida de los niveles de CO2 influye en otros fenómenos, como el aumento o disminución de nubosidad. Considérense igualmente los aerosoles, que aumenta el efecto del CO2. En consecuencia, la temperatura de la Tierra se incrementará en la práctica más de 1° cada vez que se dupliquen las concentraciones de CO2. Los científicos del clima concuerdan en esto, aunque tienen disputas sobre el tiempo que esto seguirá así. No menos cierto es que el aumento de la temperatura ha sido menor a la predicción efectuada a partir de modelos computarizados del clima. En lo que no hay duda alguna es en torno a la responsabilidad del hombre como principal agente del cambio climático.
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