Perú es el segundo país de Latinoamérica con mayores dificultades para contratar y la escasez de talento supera el 60 %. Las empresas demandan personas con capacidades desarrolladas y habilidades blandas en un nivel distinto al que se encuentra en el mercado. Las universidades por su parte deben considerar cómo desarrollarlas dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje, teniendo en cuenta las competencias de su modelo educativo y los contenidos obligatorios según ley universitaria. En medio de esta realidad, se encuentran estudiantes con la necesidad de empezar a trabajar y con fuertes falencias.
Una competencia es el conjunto de conocimientos, habilidades, actitudes y valores que permiten a una persona un desempeño adecuado en actividades definidas dentro de un contexto.
¿Cómo se puede tener mayores oportunidades en un mercado laboral tan competitivo? ¿Dónde y cómo desarrollar habilidades de liderazgo, comunicación asertiva, trabajo en equipo, empatía, si las universidades rara vez se ocupan de desarrollarlas?
No es complicado. La respuesta está en la vida misma. En el entorno familiar las personas tienen una primera aproximación al trabajo en equipo, cuando un padre de familia asigna tareas a sus hijos (modificar la habitación que comparten, armar un modelo a escala). El desarrollo de un liderazgo temprano puede verse entre los catequistas, los coreutas líderes de sus respectivas líneas, o quienes participan de algún deporte de equipo. La asertividad y la empatía pueden incrementarse al participar de actividades de ayuda social.
En general, los jóvenes deben aprovechar las oportunidades que tengan para interrelacionarse con otras personas en diversos proyectos, aunque se encuentren fuera del ámbito académico. Esto incluye las actividades extra curriculares que las universidades ponemos a disposición y que tienen como objetivo complementar la formación académica, incrementar el nivel de desarrollo de cada uno de los componentes de la competencia, facilitándole encontrar las primeras posiciones de trabajo que no necesariamente deben estar relacionadas a su ámbito de estudio.
Un primer empleo en un centro de contactos, un fast food o un complejo de cines permitirá que el estudiante comprenda qué implica tener un trabajo, cómo funciona una empresa y qué implica asumir una responsabilidad por más pequeña que parezca; además, le ayudará a desarrollar habilidades blandas, tan requeridas por el mercado laboral. El primer empleo es sumamente importante porque les enseña a adaptarse a una organización que funciona de manera distinta a cualquier otra a la que haya pertenecido hasta ese momento; y le facilitará encontrar sus prácticas pre profesionales a partir de un 7mo u 8vo ciclo, cuando cuenta ya con un porcentaje importante de conocimientos sobre su carrera, logrando prácticas provechosas para él y para la empresa que los acoja.
*Este post es una colaboración de Patricia Somocurcio Donet, vicerrectora de Servicios Universitarios de la Universidad Privada del Norte.
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