La última semana de octubre se inició la vacunación de adolescentes entre 17 y 12 años. A continuación, algunas recomendaciones a tener en cuenta en este indispensable procedimiento.
Según estimaciones del MINSA, alrededor de 4 millones de menores de 12 a 17 años serán vacunados durante las semanas que restan del año. Es importante antes de acudir a recibir la vacuna tener en cuenta algunas consideraciones.
Es importante que tanto padres como hijos acudan al punto de vacunación portando su DNI y doble mascarilla. Ya en el punto de vacunación recibirán unas hojas impresas a fin de que se firme el consentimiento informado.
Varias compañías farmacéuticas: Moderna, Johnson & Johnson, Sinovac y Sinopharm han iniciado estudios para probar sus vacunas en personas de 12 a 17 años. Pero hasta ahora, únicamente Pfizer/BioNTech ha podido demostrar con suficiente evidencia que su formulación sirve para evitar la enfermedad grave sin causar problemas serios para la mayoría.
Según los resultados, entre los síntomas leves más frecuentes entre el primer y tercer día después de la inyección, destacan: dolor en el sitio de la inyección, cansancio, dolor de cabeza, escalofríos y fiebre. Efectos como miocarditis o pericarditis son extremadamente bajos en la población entre los 12 a 17 años.
No obstante, vacunar a los adolescentes es seguro y eficaz ya que puede ayudar a prevenir que los más pequeños enfermen de COVID-19, reduce la trasmisión y con ello se evita que contagien a otros, que surjan nuevas variantes y finalmente ayuda a que puedan tener una vida más normal, incluyendo el regreso a los colegios, realizar actividades que ellos disfruten y por ende tener un efecto positivo sobre la salud mental, beneficiando la protección comunitaria y favoreciendo el control de la pandemia.
Respecto a los temores que han surgido entre los padres, debemos decir que la vacunación de niños y adolescentes debe ser una prioridad en el Perú y en otros países, pues al hacerlo se disminuye la posibilidad de que transmitan el virus. Los niños y adolescentes infectados por el SARS-CoV-2 suelen ser asintomáticos (nunca desarrollan síntomas) o presentan síntomas leves e inespecíficos (por ejemplo, dolor de cabeza, dolor de garganta). Por lo tanto, pueden contagiar el SARS –Cov-2 a otras personas ya sea porque no tienen síntomas o porque no saben que están infectados y son contagiosos.
*Este post es una colaboración de Melania Talitha Silva Quiñones, docente de la Facultad de Salud de la Universidad Privada del Norte.
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