Uso de la psicología en publicidad

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En la actualidad todas las marcas se valen de la psicología para mostrar sus productos y servicios de manera original para lograr el impacto deseado en los consumidores.

A diario vemos miles de anuncios publicitarios en diversos medios, promocionando productos y/o servicios que buscan llamar nuestra atención usando la psicología como vehículo conductor para convencernos de adquirir el bien mostrado. Una de las teorías en la que se enmarca la publicidad para lograr sus objetivos es la teoría psicoanalítica, la cual busca satisfacer una necesidad primaria que tiene el hombre por medio de mensajes emocionales o haciendo que se identifiquen con la situación.

Otra teoría también importante y de la que hace mano la publicidad es la sociológica. Esta teoría indica que los consumidores, por medio de testimoniales o casos de la vida real, adquieren un producto para poder ingresar a un grupo específico y ser aceptados.

Pero, ¿cuándo empezó a usarse la psicología en la publicidad? El primer indicio del uso de la psicología en la publicidad se remonta a finales del siglo XIX, cuando Harlow Gale decidió enviar un cuestionario a varias empresas de Minnesota, Estados Unidos, para estudiar cómo procesan los clientes la publicidad. Poco después surge uno de los primeros libros de publicidad en el mundo, titulado Teoría y Práctica de la Publicidad. Escrito por Walter Dill Scott, en él se habla sobre lo fácil que se les hace a las marcas manipular a sus futuros consumidores.

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Ya en los años 1920 John B.Watson, fundador del conductismo, aseguró que la publicidad se basa en tres emociones propias de los seres humanos: el amor, el miedo y la ira. Además de ello recomendó la utilización de personajes famosos en la publicidad, ya que de esta manera la marca podría lograr mayores consumidores, así como la realización del estudio de mercado para que las empresas se conecten aún más con sus potenciales compradores.

En la actualidad, la publicidad sigue usando la psicología para “meterse” en la mente de los potenciales clientes, pero de manera más potente y sofisticada. Dos de estos elementos recurrentes en todo producto publicitario son el color y los sonidos. Los colores son los códigos de comunicación no verbal más potentes y certeros porque ayudan a reconocer a la marca y diferenciarla del resto, además de evocar sentimientos y emociones como la calma, el deseo, la elegancia, entre otros. Los sonidos (música y palabras) ayudan a reforzar esos sentimientos ya que se encargan de captar la atención e interés del consumidor, llevándolos a desear el producto promocionado porque cubrirán una necesidad.

BuySellAds, plataforma donde puedes encontrar anunciantes para tu web o blog, “descubrió” otros elementos psicológicos también usados en la publicidad. Entre ellos destacan los descuentos, pruebas sin compromiso de compra, oferta de tiempo limitado, testimonios y resultados; que si bien pueden funcionar solos, con un consumidor más dinámico y exigente supone trabajar a nivel de subconsciente ya sea sobreestimándolo, distorsionando sus recuerdos y haciéndolo feliz para que así se logre la conversión deseada.

La psicología siempre será importante en la publicidad porque le brinda las herramientas necesarias para captar a nuevos consumidores, basándose en sus gustos, preferencias y experiencias.

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Fuentes:

http://blogs.acatlan.unam.mx/smacatlan/2015/02/25/el-uso-de-la-psicologia-en-la-publicidad/

http://www.marketingdirecto.com/marketing-general/publicidad/la-psicologia-perversa-de-la-publicidad/

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