Es vital enfocarse en la prevención y promoción de la salud para que las probabilidades de contraer una enfermedad sean mínimas y podamos disminuir significativamente el gasto del Estado y las personas, mejorando la calidad de vida y la productividad.
Cada año la infraestructura de los servicios de salud resultan insuficientes, la desconfianza de los pacientes hacia el personal de salud se incrementa y los usuarios desean una experiencia de atención segura, humana y de calidad.
Es necesario visualizar nuevos conceptos y técnicas naturales con estudiantes de enfermería, en base a los cuidados y la aplicación de terapias naturales y complementarias, para solucionar los problemas de salud de una persona, ya que mediante su aplicación holística -mente, cuerpo y espíritu- armonizamos la energía interna del usuario y logramos un restablecimiento más rápido. Esto es así porque vamos a la causa del padecimiento y la mejoría se reprograma naturalmente. No se sustituye a la medicina convencional, que trata el síntoma de la enfermedad.
Un masaje general reflexológico conlleva una tonificación de diferentes partes del cuerpo y de sus órganos, así como un suave reequilibrio de la energía que mantiene vital la salud. Sin embargo, a pesar de sus evidentes beneficios en la prevención y promoción de la salud, en el Perú no ha existido una política consistente que apueste por ella. Las terapias alternativas y complementarias fueron reconocidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y en nuestro país se encuentran aprobadas hace 10 años a nivel del MINSA y ESSALUD para implementar Centros de Terapias Alternativas en Lima Metropolitana y el país.
Propuesto en 2015, el Centro Holístico de Terapias Alternativas UPN será una obra de proyección social y bienestar que permitirá a sus usuarios realizar un escape humano hacia la relajación, la vida y la solución de traumas, disminuyendo el estrés y revolucionando su salud y su vida. Esto repercutirá en nuevas oportunidades de vivir saludablemente, con más energía, optimismo, crecimiento, competitividad y creatividad.
Hay que invertir y empoderarnos precisamente porque nuestra gente es nuestro futuro. La gente feliz produce más, vive más e impulsa el desarrollo económico de sus comunidades y el país.
Hoy vemos un aumento de las tasas de mortalidad y morbilidad en adolescentes, debido en gran parte a los tiempos de civilización tecnológica que alejan de la familia a grandes pasos, predisponiendo a la depresión, enfermedades, desilusión, desconfianza, al extremo de generar sensaciones de soledad y tedio.
En 1850 la esperanza de vida era de 40 años, hoy es casi de 80 años. Debemos tener presente que mientras la muerte envejece, el aumento de la esperanza de vida se hace más lento, las terapias tienen consecuencias beneficiosas, con una incidencia importante en la transformación de la vida.
En nuestros tiempos, las Naciones Unidas reclaman cambios en los criterios utilizados para medir el éxito de gestión. De indicadores económicos a medidas relacionadas con escuchar más, conectarnos, ser perseverantes con la felicidad y el bienestar humano. La nuestra no es una promesa vacía: intentaremos crear una atención primordial basada en la salud preventiva.
No esperemos el último momento para pedir ayuda. Es necesaria una responsabilidad personal por la salud. El valor de la buena salud es tan alto que debemos buscar y aplicar todos los medios naturales que nos permitan obtenerla. En este sentido, la reflexología estimula los mecanismos de auto curación, armonizando la energía interna del usuario, permitiendo un restablecimiento más rápido debido al desbloqueo de toxinas y depósitos de calcio y ácido úrico, que son rotos en las sesiones de terapia. Luego son reabsorbidos y eliminados, provocando la tonificación de diferentes partes del cuerpo y sus órganos. Recordemos que la clave no es vivir más, sino vivir mejor.
*Este post es una colaboración de Carmen Dora Mendoza Ríos, docente de la Facultad de Salud de la Universidad Privada del Norte.
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