La familia es el sistema relacional y psicológico primario de mayor influencia en la vida psíquica de las personas. Cuando existen procesos de separación familiar, el sistema necesita cambiar y reacomodarse a las nuevas demandas. Sobre todo en su estructura y dinámica de interacción. Cuando estas necesidades no son cubiertas, surgen dificultades. Una de ellas se denomina Prácticas Alienadoras Familiares (PAF) (Linares, 2015). En este artículo hablaremos acerca de las definiciones de la alienación parental.
Las PAF se manifiesta cuando en una conflictiva dinámica de separación, uno o varios de los hijos empiezan a manifestar rechazo hacia uno de los padres (por lo general el que no vive con ellos) sin razones aparentes. Cada familia es distinta, por tanto, se manifiesta de diversas maneras y grados.
Esta dinámica tiene varios actores (4) que son co-responsables de que se genere y/o mantenga el problema. Estos actores tienen particularidades según la sociedad y cultura donde se manifiestan.
Actor 1: Los cónyuges. Linares (2015) acuña los términos “alienador fracasado” y “alienador exitoso”. Por lo general el fracasado es a quien los hijos rechazan, mientras el exitoso es a quien los hijos no rechazan. Generalmente, el alienador fracasado no tiene la custodia de los hijos. Ambos tienen responsabilidad en diferentes grados.
En la mayoría de casos, ambos padres siguen enfrascados en problemas de pareja que acarrean desde antes de la separación. Por tanto, las dinámicas actuales siguen el mismo patrón de relación anterior y una característica importante es la existencia de triangulaciones rígidas.
Muchos de ellos entran en procesos legales por temas de alimentos y régimen de visitas. Allí, la probabilidad de que cese la alienación se torna más compleja, ya que los procesos legales afectan a la relación de padres, la tornan más compleja. Se dificulta la resolución del problema, que pasa por la toma de acuerdos y análisis de responsabilidad de todos los actores.
Actor 2: Los hijos. Aunque la idea genere polémica, también tienen cierto grado de responsabilidad en la alienación. Dependiendo de factores como la edad, el grado de involucramiento en los problemas de pareja, las alianzas y las coaliciones, la historia de la familia, entre otros, se define el grado de responsabilidad de los hijos, que puede ser leve hasta hijos con roles activos y determinantes en la alienación.
Actor 3: La familia extensa. En una sociedad latinoamericana, los tipos de relaciones con la familia extensa son importantes, para la funcionalidad o disfuncionalidad familiar.
Cuando se empiezan a instalar dinámicas de alienación, el papel de la familia extensa (padres, hermanos, abuelos, tíos, etc.) juega un papel trascendental. Las familias influyen en la percepción de los hijos con respecto al conflicto conyugal, pueden hablar mal del padre o la madre delante de los hijos hasta manifestar abiertamente que no deberían tener contacto con él o ella.
Aunque hay que tomar en cuenta que en muchas otras ocasiones la familia extensa brinda soporte y permite la estabilidad.
Actor 4: Los profesionales. Muchas familias que atraviesan separaciones, buscan a profesionales para brindarles soporte y orientarlos en los procesos que están afrontando.
Los profesionales referidos al derecho, trabajo social, psicología, educación u otros, influyen para que las PAF se rigidicen en la familia. En la mayoría de casos, cuando buscan ayuda en el profesional, es porque ya han empezado a existir dinámicas de alienación; pero en otras ocasiones la acción del profesional agrava o mantiene la dinámica. Y ello sucede cuando la intervención de ayuda se centra sólo en una de las partes, sin tomar en cuenta todos los actores.
Finalmente, estos actores tienen variedad en su grado de responsabilidad, que está determinada por la diferencia de las relaciones familiares. Además, cabe resaltar que toda conducta o relación se inserta en un plano socio-cultural-demográfico. Dicho plano es el que enmarca y pone de manifiesto las diferencias entre las PAF de los países alrededor del mundo.
Además, cuando los hijos se ven expuestos durante mucho tiempo a este tipo de dinámicas, pueden desarrollar problemas psicológicos de diversa índole: desde problemas escolares, diversos síntomas clínicos, hasta problemas de mayor envergadura como trastornos de personalidad.
*Este post es una colaboración de Edén Castañeda Valdivia, coordinador de la carrera de Psicología de la Universidad Privada del Norte.
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