Aparentemente la ciencia y la religión están en caminos opuestos. Mientras la primera se centra en la comprobación de ideas mediante métodos científicos, la segunda lo hace en la fe, es decir, en creer sin ver. Sin embargo, la psicología cognitiva explica la necesidad del ser humano en creer en algo superior, como un mecanismo de explicar lo que no se puede comprobar.
Inicialmente los hombres no tenían comprensión de los fenómenos naturales. Es por esto que aparece la explicación divina de los mismos con la aparición de los primeros dioses ligados a fenómenos naturales, como por ejemplo el sol, la luna o a la lluvia. Es conocido que las culturas antiguas los tenían como deidades. La historia, las conquistas y los diversos cambios culturales hicieron que estas creencias se fueran erradicando o reemplazando. Sin embargo, este tipo de pensamiento se mantiene hasta el día de hoy y nos referimos al principio de creer en entes superiores. Fuera de los avances sociales y tecnológicos, la concepción de un ser superior no ha variado con el tiempo. Hasta el día de hoy existen supuestos acerca de lo que se considera la presencia de una deidad, que por razones de fe no necesita de comprobación ya que es una verdad absoluta e irrefutable.
Pero esto no impide que se cuestione a las personas que adoptan un dogma religioso y que centran sus creencias en la presencia de un dios. Intentamos explicar qué dicen algunos principios psicológicos sobre este fenómeno. Si nos centramos en el folclore mágico religioso, sabemos que en diversas partes del Perú existen rituales que sirven para que las personas se recuperen de males mediante la intervención de chamanes o brujos andinos. A pesar de ser tratados con métodos alternos a la ciencia, se han registrado casos de personas curadas con éstos tratamientos. El mismo principio sucede con la lectura de manos o el horóscopo. La sugestión entra a calar en este aspecto, ya que muchos creen realmente en lo que les dicen y se predisponen a actuar de cierta manera. ¿Cómo algo carente de ciencia puede dar resultados? La ciencia explica que se debe a un mecanismo de regulación y adaptación. Si una persona piensa que le irá bien gracias a que ha tomado un brebaje para esto, quizás sea así, pues es posible que cambie actitudes, algún pensamiento y esto genere reacciones en otros, que le pueden decir “qué bien te veo”. Así la persona atribuirá su bienestar al ritual antes que a sus propias acciones.
En el caso de la religión, existen diversos rituales que son complejos y elaborados, pero que funcionan con el mismo principio. Sin necesidad de intervención científica, se afirma que el realizarlos debe dar un resultado especial. La paradoja para los argumentos de la ciencia se da cuando una persona se cura “porque ha dado resultado tal o cual ritual”, pero cuando falla es por “una disposición divina”.
Todos estos rituales son funcionales en el sentido de que son positivos: pedir por la felicidad de alguien o hacer algo para mejorar la vida en pareja, hacen que las personas actúen de diferente manera y efectivamente lo hagan. Así, creer no está mal siempre y cuando sea en positivo. El cambiar la concepción del mundo de las personas es difícil, pero desde la psicología se describe este pequeño aporte. El tema da para debatir y seguir realizando investigación. En el opuesto a las personas creyentes, las personas que no lo hacen simplemente es porque no pueden invadir el pensamiento científico con el religioso, lo que tampoco está mal. Ante esto, hay que creer en un mundo de respeto y solidaridad con los otros, tolerando sus creencias (religiosas o científicas), a pesar de que se contradigan.
* Este post es una colaboración de Juan Pablo Sarmiento Longo, docente de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Univeridad Privada del Norte.
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