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El coronavirus surgido en la ciudad China de Wuhan ha puesto al mundo alerta. Manuel Mayorga, director nacional de nuestra Facultad de Salud, explica los riesgos de contraer una infección por este virus y recomienda las medidas preventivas a seguir.
Cada cierto tiempo asistimos a emergencias sanitarias mundiales por la aparición de nuevas enfermedades que amenazan con extenderse muy rápidamente por el mundo (pandemias) ocasionando un número elevado de víctimas: el VIH-SIDA, la gripe aviar, la influenza H1N1 y el Ebola son ejemplos recientes.
A finales de diciembre del año pasado fuimos alertados por la aparición de un nuevo brote de infección respiratoria grave en la ciudad de Wuhan (provincia de Hubei, China) por un virus de la familia de los CORONAVIRUS, llamado nuevo coronavirus (2019-nCoV), coronavirus de Wuhan o coronavirus del mercado de mariscos de Wuhan.
Los coronavirus son una familia de virus que pueden ocasionar enfermedad respiratoria tanto en animales como en humanos.
La COVID-19 es la enfermedad infecciosa causada por el coronavirus que se ha descubierto más recientemente. Tanto el nuevo virus como la enfermedad eran desconocidos antes de que estallara el brote en Wuhan (China) en diciembre de 2019.
La enfermedad respiratoria puede ir desde un simple resfriado hasta una neumonía grave rápidamente progresiva que compromete ambos pulmones y que está asociada a una elevada letalidad, pudiendo transmitirse de persona a persona a través de las gotitas de saliva de la tos y estornudos de las personas infectadas. El lapso entre la infección y la aparición de los síntomas (conocido como el período de incubación) es de entre 1 y 14 días.
Cuando una persona que ha estado en alguna de las ciudades donde se han reportado casos confirmados de la enfermedad o en contacto con otras personas provenientes de dichas ciudades en las últimas dos semanas presenta síntomas de resfrío (tos, estornudos, dolor de garganta, malestar general, fiebre).En estos casos hay que reportar al MINSA para la evaluación clínica, aislamiento e investigación de contactos.
Con una prueba genética-molecular especial llamada PCR (reacción en cadena de polimerasa) que en nuestro país es realizada por el Instituto Nacional de Salud (INS). ¿Cuál es el tratamiento? No existe tratamiento específico para esta enfermedad. El manejo habitualmente es sintomático y con medidas de soporte. Los casos graves requieren ser hospitalizados en una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) para soporte respiratorio usando un respirador mecánico.
No existen vacunas. Las medidas de prevención son generales y comunes a cualquier otra infección respiratoria viral que se transmite por gotitas de saliva: lavado de manos, evitar salir de la casa si tenemos síntomas de gripe, cubrirse el rostro al estornudar o toser y/o usar mascarillas que cubran la nariz y la boca.
En el Perú está indicada solo para las personas que adolecen por cualquier enfermedad que sea contagiosa para evitar esparcir el virus. También para personas sanas que están al cuidado de enfermos. En tanto, las que están bien de salud no necesitan llevar mascarilla, ya que el coronavirus no se transmite por el aire, sino por mucosidades respiratorias.
Los climas más fríos y húmedos ayudan a que este tipo de virus se mantenga más estable. En cambio, el calor y la sequedad dificultan su persistencia. Es por ello, que durante el invierno el sistema inmune es más frágil, por lo que se es más susceptible a infectarse con virus respiratorios.
El nuevo coronavirus se transmite a través de secreciones respiraciones, estas solos llegan hasta un metro distancia.
El Covid-19 no sobrevive mucho tiempo en objetos. Los envíos de China suelen demorarse 45 días aproximadamente para llegar al Perú, lo suficiente para que el virus se extinga.
No hay ninguna prueba de que el nuevo coronavirus infecte animales de compañía como los perros y gatos.
En nuestro país se acaban de reportar once casos que se encuentran en aislamiento y evaluación. Sin embargo, no debemos alarmarnos puesto que ya tenemos una importante experiencia previa. Esta alerta sanitaria mundial puede ser una oportunidad para fortalecer nuestro sistema de vigilancia epidemiológica y la infraestructura de nuestros hospitales públicos.
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