Nuestra estudiante Alejandra Ayesta nos habla de las bondades terapéuticas de la escritura en tiempos de necesario distanciamiento.
¿Recuerdas cuándo fue la última vez que te sentaste a escribir algo que no se encontrara relacionado con el trabajo o la universidad? ¿Cuándo fue la última vez que escribiste sobre cómo te sentías o cómo había marchado tu día?
Desde mi perspectiva, escribir sobre sucesos cotidianos puede resultar una forma bastante efectiva para regular el estrés y/o ansiedad. Y es que usar el lenguaje como una herramienta para describir y formular con palabras todo aquello que uno siente, piensa o experimenta, tiene diversos beneficios.
La escritura expresiva o emocional es una técnica cuyo objetivo es expresar, comprender y regular de forma más eficaz las emociones a través del acto de escribir o expresar con palabras aquello que la persona considera relevante o importante en cada momento, y que en muchas ocasiones le cuesta expresar de otra manera. (Álvarez, 2018).
Tal como se menciona, resulta una buena forma para expresar los pensamientos, emociones y sentimientos que se puedan estar experimentando en determinados momentos, sean positivos o negativos. Personalmente puedo decir que hacer uso de esta estrategia me ha permitido construir un espacio en el cual únicamente me encuentre yo y todo aquello que desee decir.
A su vez, me ha brindado la posibilidad de no solo expresar lo que pueda estar sintiendo, sino también de tener un mayor conocimiento y entendimiento de ello, desarrollar una perspectiva más clara de diversas situaciones, de manera que estas puedan ser aceptadas y abordadas de una forma más efectiva. Es una herramienta que me permite planificar y cumplir diversos objetivos, ser más consciente de mis logros, considerar aspectos positivos del día a día que tal vez no había tomado en cuenta anteriormente, y, por qué no, dejar fluir cierta creatividad que acompañe el proceso.
Finalmente, me gustaría concluir mencionando la siguiente frase de uno de mis libros favoritos: “Cuando empezó a escribir su historia, se preguntó por el momento exacto en el que […] las palabras no sólo comenzaron a tener algún significado, sino que lo significaban todo. (Markus Zusak, La Ladrona de Libros)
*Este post es una colaboración de Alejandra Ayesta, estudiante de la Facultad de Salud de la Universidad Privada del Norte.
Conoce más sobre calidad de vida, emociones y otros temas de salud ingresando a nuestra plataforma de blogs.
Etiquetas:
y nos
pondremos en contacto
para brindarte