Elogiando el amor y amando el elogio

Cuando conocí la terapia breve centrada en soluciones, una de las ideas que me llamó poderosamente la atención fue la importancia que se le da al hecho de elogiar a la persona acerca de lo que está haciendo y que le funciona. Esto es útil no sólo en el mundo de la psicología o psicoterapia, sino también en la cotidianidad, fijarse principalmente en lo que va «bien» y no únicamente en lo que «va mal», «hace falta» o que puede ser tomado como una «deficiencia». Pues, mirar primero todo esto empodera a la persona y la hace dueña de sus acciones, es como utilizar un resaltador, del color que desees, y remarcar aquellas acciones que están siendo útiles y efectivas en la vida de la persona.

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Y ahora que estamos en el «mes del amor», que me encuentro recién casado y además a las tantas conversaciones que sostengo con personas por temas o dificultades de amor de pareja, me surge una idea y quiero invitar a la reflexión:

– ¿Cuántas veces ayuda la crítica a que tu pareja coopere contigo?
– ¿Cómo te sentirías si tu pareja estuviera más tiempo atento/a a aquello que no te sale bien?
– ¿Qué ha sucedido las veces que lograste hacer un elogio a tu pareja?
– ¿Es necesario que suceda «algo grande» para elogiar?

Las críticas, generan malestar pues al hacerlas van contra la identidad de la persona, así como estar generalmente atento/a a lo que «no» se hace bien. A diferencia de cuando elogiamos a nuestra pareja, lo que genera un clima cordial, ameno, cálido, incluso podría decir; afectivo.

Estas preguntas pueden parecer muy obvias, pero no creo que así sean, sobre todo la última, pues el medio cultural en el que vivimos nos ha invitado a pensar y creer que para elogiar a alguien, esta persona tiene que hacer algo «demasiado sobresaliente» y en la vida de pareja hay tantas cosas por las que elogiar: un beso tierno, una mirada acogedora, el comprar el pan, el hacer compras para casa, el dejarte una nota en el velador, regresar de trabajar y recibir un abrazo, y muchas otras pequeñas grandes cosas por las que agradecer y devolver un elogio. Marcar con el resaltador de la atención, reciprocidad, consideración y valoración aquellas acciones «sencillas» que traen consigo el amor y un esfuerzo detrás de cada una de ellas. Esto puede hacer una diferencia que marque la diferencia.

Finalmente les dejo algunas preguntas para reflexionar:
– ¿Qué te imaginas puede pasar en tu relación si te invitas a prestar mayor atención a los «pequeños detalles» de tu pareja?
– ¿Qué efectos tendrá en las acciones de tu pareja el que prestes mayor atención y hagas notar lo valioso de aquellas acciones cotidianas?
– ¿Qué pasaría si tu pareja empieza a tener la misma actitud contigo?

Mantener y prestar atención a los «pequeños detalles» posiblemente suscitará un espacio en donde no solo la cooperación en la vida conyugal coexista, sino además generará espacios donde la pareja pueda estar muy atenta a otros aspectos positivos e importantes en el día a día. Al mismo tiempo es muy probable que generar el hábito de prestar mayor atención a las acciones cotidianas esto consolide aquellas «pequeñas grandes acciones». Esta última pregunta se las dejo a modo de experimento, para que puedan descubrir lo «mágico» de brindar atención a los detalles cotidianos.

Les deseo una vida en pareja centrada en el amor, el respeto, la comunicación, los detalles y también en los elogios.

El presente post es una colaboración de Hans Pier Jara Iglesias, docente de la carrera de psicología de la Universidad Privada del Norte.

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