Generalmente se habla de democracia bajo un contexto político o social. Pero, ¿qué implicancias tiene en la salud mental?, ¿cómo podemos aprender y enseñar a convivir en un estado democrático?
La salud mental requiere que la persona pueda dirigir y decidir sobre sí misma, expresando sus ideas y sentimientos. Es así que la democracia favorece a la salud mental promoviendo un ambiente donde la persona manifiesta sus pensamientos y emociones, lo que posibilitará el desarrollo de sus capacidades y la propagación de su bienestar.
Para enseñar democracia, primero debemos aprender a convivir con ella, dentro de nuestros centros de trabajo, escuelas y principalmente en el ámbito familiar.
¿Cómo dejamos que nuestros hijos participen democráticamente? Primero debemos identificar el tipo de política establecida en casa. Puede ser autoritaria, que supone que las decisiones son tomadas por una sola persona, o democrática, cuando los pasos a dar se consultan con todos los miembros de la familia.
Toma nota de algunos puntos que puedes consultar con tus hijos para incluirlos en la toma de decisiones y construir un clima democrático dentro de tu familia:
En realidad no hay una lista precisa, lo esencial es que el niño aprenda a que puede ser escuchado y consultado, y que él mismo asume la responsabilidad de una decisión. Que aprenda a escuchar y consultar a sus padres y/o familiares.
Es de esta manera que la democracia favorece el desarrollo de valores como el respeto y la responsabilidad, tan importantes para la salud mental comunitaria, además de crear un estado de bienestar en las personas.
*Este post es una colaboración de Jacquelinee Rojas, docente investigadora en Psicología de la Universidad Privada del Norte.
Etiquetas:
y nos
pondremos en contacto
para brindarte