Cada día es una oportunidad para hacer algo diferente, que nos guste. Durante esos momentos es muy probable que busquemos sentirnos más seguros en lo que hacemos, tratar de levantarnos cada mañana con una mejor actitud, hacer lo que nos propusimos el día anterior, poder atrevernos a expresar una idea sin mayor lío y por qué no, iniciar algo nuevo. ¿Cómo lograrlo?
1. Tú te conoces mejor que nadie
En una sesión de consejería tuve la oportunidad de conocer a un joven y a su madre. Él había tomado la decisión de cambiarse de carrera y en medio de la conversación lanzó una frase que en principio me dejó intrigada: “mamá, yo soy dueño de todo lo que haga”. Luego de algunos instantes, me di cuenta que en realidad no estaba lejos de tener razón. Su posición era defendible y merecedora de reconocimiento. Él aceptó la realidad que vivía, lo bueno que tenía, sabía lo que buscaba y lo que había aprendido hasta ese momento. Todos tenemos recursos, algunos tal vez desconocidos hasta por uno mismo, sin embargo, ¿cómo imaginas tu vida si de vez en cuando pudieras darte el permiso de aplaudir lo que has hecho hasta ese momento? Acepta tus propias ideas, tus opiniones, atrévete también a cuestionarte, estamos siempre en constante aprendizaje. Recuerda: quien mejor te conoce, eres tú mismo. Disfruta de tus logros, recuerda cuál fue el más importante para ti. Date una nueva oportunidad, apuesta por ti.
2. Cuando hay errores, hay aprendizaje
Una vez me dijeron que “durante el intento de subir una escalera, existe el riesgo de resbalar algunos escalones”. Y es que a veces los errores forman parte de un aprendizaje inevitable. Es importante aprender de ellos, sonreír ante la situación equivocada y percibir ello no como un muro limitante sino como un puente para mejores oportunidades. Sé paciente, constante y humilde en seguir aprendiendo.
3. Enseña y a veces solo aprende
“¡Sal de tu zona de confort!”. Cuando escuché por primera vez esta frase no sabía del increíble impacto que tiene el atreverse a hacer cosas nuevas y diferentes. Un reto para todos podría consistir en darnos la oportunidad de enseñar lo que sabemos y en ese camino continuar aprendiendo. La retroalimentación genera efectos positivos, abre nuevos caminos, amplía tu mapa de experiencias y tu percepción de aquellas situaciones que vives a diario. Mantengamos una actitud conciliadora, respetando la postura u opinión de los demás, entendiendo que posiblemente no siempre compartiremos la misma óptica frente a una realidad, pero si podemos construir un terreno de aprendizaje constante.
4. Ten claro lo que eres, quieres y buscas
Sigue tus principios y defiéndelos, pero cuando sientas que es necesario cambiarlos, hazlo. Utiliza lo que sea más conveniente para ti y para los que te rodean. Busca tu bienestar y comparte lo que te hace feliz con la personas que están a tu alrededor. No hay nada mejor que ver sonreír a alguien y saber que tú eres parte de los motivos de aquella sonrisa. Ir de la mano con tus propios valores, te ayuda a reconocer tu camino, direccionarte hacia dónde quieres ir y llegar a la meta que buscas alcanzar.
* Este post es una colaboración de Ana Lucía Fernández Castillo, coordinadora de Orientación Psicológica de la Universidad Privada del Norte.
Etiquetas:
y nos
pondremos en contacto
para brindarte