Si tu niño rechaza el roce de texturas ásperas, le incomoda que le cambies de ropa o que lo toquen, es posible que tenga aversión táctil.
La aversión táctil es una alteración de la interpretación de señales sensoriales por el sistema nervioso, que hace que estímulos normalmente poco o nada molestos lo sean.
Está condición es frecuente en niños prematuros debido a la inmadurez del sistema nervioso. Si observamos algunas de las siguientes características en nuestro niño podríamos pensar que tiene aversión táctil:
Dependiendo del nivel de aversión, esto podría traer algunas complicaciones como:
¿Cómo puedes ayudar a tu niño?
Puedes crear un kit con telas de diferentes texturas, desde suaves hasta ásperas, las cuales debes pasar por el cuerpo de tu niño de forma suave. Además, usar brochas de maquillaje, papel tissue, esponjas y algodón. Estos elementos ayudarán a restar sensibilidad a los receptores de su piel, por lo que deberás pasarlos tres veces (por zona) a través de brazos, piernas, tronco y cara.
También puedes llenar recipientes con frejoles, arroz, canicas y hacer que se coloque dentro.
Intenta usar presión constante y firme al tocar a tu niño en lugar de roces ligeros.
Recuerda que siempre es importante visitar a los especialistas para una revisión y diagnóstico adecuado y recibir un tratamiento especializado y multidisciplinario por el neuropediatra, fisioterapeuta y terapeuta ocupacional.
*Este post es una colaboración de Rosmy Gagliuffi, coordinadora de la Carrera de Terapia Física y Rehabilitación de la Universidad Privada del Norte.
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