Una educación inclusiva es la vía más segura para el progreso de las personas y para llevar adelante las transformaciones que el país requiere, sostiene nuestro rector Andrés Velarde.
Desde los albores de las primeras civilizaciones -y hasta bien entrada la edad contemporánea- la educación tuvo un carácter elitista. Educarse fue primero un privilegio de castas dominantes (tiranos, monarquía, clero), y en el curso del tiempo persistieron ciertas barreras de clase y status económico.
Incluso hoy, cuando es reconocida como un derecho fundamental de las personas, la educación -en especial la superior- es sometida por ciertos grupos al debate de si debe ser para unos pocos o para todos. Creemos que se trata de una falsa dicotomía.
Los seres humanos propendemos de un modo natural al aprendizaje, y esto ocurre porque estamos dotados de la estructura anatómica necesaria para ello. Es el caso del hipocampo, una formación del sistema límbico cerebral que regula con asombrosa precisión los procesos de aprendizaje y memoria.
Pero además de razones fisiológicas, existen otras de igual importancia: la educación es el camino más seguro y previsible para que las personas puedan mejorar sus condiciones de vida.
Garantizar una educación inclusiva, equitativa, de calidad y promover oportunidades de aprendizaje para todos es uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Pensamos que en el campo de la educación universitaria se requiere de grandes esfuerzos para hacerla accesible, y en tal sentido habría que comenzar por desmitificar aquello de que la universidad es solamente para algunos.
En UPN apostamos por una educación inclusiva, seguros de que el progreso al que aspira nuestro país demanda profesionales de excelencia. Los aportes y logros de nuestros egresados demuestran el acierto de esta decisión.
Conoce más sobre nuestros logros en calidad educativa ingresando al blog de Rectorado.
Etiquetas:
y nos
pondremos en contacto
para brindarte