Nuestro rector Andrés Velarde destaca la importancia de los factores emocionales, reflejados en las habilidades blandas, para lograr un desempeño laboral sobresaliente.
El componente emocional de las personas es un elemento al que se le ha dado la importancia que merece en los últimos tiempos. Tenía que ser necesariamente así, pues las emociones influyen en la casi totalidad de actos que realizamos, cuando no los gobiernan.
De manera errónea, durante mucho tiempo se creyó que razón y emoción eran dos dimensiones humanas con fronteras delimitadas, excluyentes. La investigación en neuropsicología ha demostrado, más bien, que los procesos por los cuales aprehendemos la realidad no son solamente racionales, sino que se ven potenciados por factores emocionales.
La actividad profesional no es ajena a esta realidad y las esferas académicas han tomado nota de ello: las emociones y la forma en que nos manejamos con ellas también se reflejan en el terreno laboral, con notorias y notables implicancias.
Surge en este contexto el concepto de habilidades blandas, que por su naturaleza emocional se distingue del de habilidades duras, vinculado al conocimiento especializado y técnico. Aunque en apariencia el desarrollo de habilidades blandas supone menor complejidad que el de las duras, con frecuencia se les deja en un estado de latencia y podrían llegar a tener muy poca o ninguna incidencia en el quehacer profesional. La universidad, así, es la llamada a incentivar y consolidar este tipo de habilidades en sus estudiantes.
A partir del perfil de profesionales que requieren hoy las empresas, QS Stars, organización mundial dedicada a la evaluación universitaria, identifica cinco habilidades blandas indispensables para obtener buenos resultados en las tareas laborales.
Comunicación
Tanto en forma oral como escrita, hay que saber comunicar y hacerlo en el momento oportuno. Pero además hay un creciente número de empleadores en busca de trabajadores con sólidas habilidades de presentación en público, capaces de hacer uso de una narrativa poderosa para los grupos de interés internos y externos.
Gestión del dinero
Es una habilidad que habitualmente comienza con la administración de las propinas y los gastos propios de la universidad. Al llegar a una compañía, esta habilidad dice de ti que eres alguien responsable y confiable, una razón para que traces una trayectoria ascendente.
Gestión del tiempo
Es un hecho que tus jefes siempre valorarán tu capacidad para asumir múltiples cometidos. De este modo, tu habilidad para cumplir con uno y otro deadline será el testimonio de un empleado organizado y consciente del tiempo.
Pensamiento crítico y solución de problemas
Durante tus estudios muchas veces has tenido que abordar tareas pensando fuera de la caja, aproximándote a ellas desde nuevos ángulos o complementando tus investigaciones. Este es el tipo de personas que necesita un empleador cuando se presentan cuellos de botella. El reto está en tener siempre a mano iniciativas.
Crítica constructiva
La mirada de otros sobre lo que hacemos es valiosa. Lo importante es aprender a recibirlas de buen ánimo y, del mismo modo, brindar nuestras apreciaciones sobre el trabajo de otros de manera constructiva. Esta habilidad es clave para las tareas de equipo.
Ya lo sabes, estas y otras habilidades relativas a tus emociones serán determinantes en tu éxito profesional.
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