Sin duda, la época de vacaciones es la más esperada por escolares y estudiantes universitarios. Son al menos dos meses, sino tres, en los cuales las obligaciones normales no existen. Pero no todos toman de manera ligera este periodo. Hay quienes sacan provecho de este tiempo para hacer cosas productivas, ocupar su tiempo en “construirse a sí mismos” para generarse competencias, ampliar su red de contactos y ganar experiencia.
Para los más jóvenes, escolares de últimos años, las actividades a emprender podrían centrarse en el desarrollo de habilidades de comunicación. Cosas sencillas, como ser catequista o tutor en su parroquia o iglesia; hasta cosas algo más complejas como participar en un curso de clowns. Ambas actividades lograrán que el menor gane confianza en sí mismo, sea capaz de pararse delante de una audiencia, transmitir sus conocimientos, aprender de los demás, dirigir equipos (o ser parte de uno), aprender a planificar y organizar.
Todas estas competencias, a pesar de que estamos hablando de un joven que aún no concluye sus estudios escolares, pueden empezar a desarrollarse con actividades lúdicas para que, cuando retorne a las aulas, cuente con mayores herramientas, habilidades y competencias, logrando así mejores resultados. Además, se reforzará su autoestima, lo que finalmente redundará en que afloren cualidades de liderazgo, tan apreciadas en el mundo laboral.
Si hablamos de estudiantes universitarios, las opciones son mayores. Las universidades solemos brindar cursos de verano para que, quienes han tenido problemas con algún curso, puedan recuperar el tiempo y nivelarse con sus demás compañeros; o si estamos ante un estudiante que desea adelantar cursos, pueda hacerlo. Pero también el estudiante puede aprovechar para tener una primera experiencia laboral. No es necesario que sea una posición relacionada a su carrera. El hecho de ser parte de una organización, de comprender cómo funciona una compañía, qué es gestión y cuáles son aquellas acciones que son apreciadas por las empresas (responsabilidad, atender a un horario, trabajar en equipo, atender a clientes, por poner algunos ejemplos), le permitirá ir “haciendo hoja de vida”, construyendo a ese potencial candidato para posiciones de mayores niveles conforme vaya avanzando en sus estudios.
Lo importante, lo que todos debemos tener claro, es que lo único que no puede recuperarse es el tiempo. Las vacaciones deben servir para hacer algo distinto. Que eso que elijas te ayude a construir el ser humano, la persona, el profesional que ansías ser. Cada día, construyes tu futuro.
*Este post es una colaboración de Patricia Somocurcio Donet, vicerrectora de Servicios Universitarios de la Universidad Privada del Norte.
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