Durante los últimos tiempos un pequeño país (poco más de 100,000 km2, una décima parte del territorio peruano), se ha hecho conocido alrededor del mundo gracias a la calidad de sus productos. Se trata de Corea del Sur, una nación que al emanciparse de Japón y luego de sostener una prolongada guerra interna, tenía en la década de 1950 un ingreso per cápita inferior al de muchos países de América Latina.
¿Qué sucedió para que al cabo de un periodo relativamente corto, superando la devastación y el caos, al igual que un pobre nivel de institucionalización, Corea del Sur aparezca en el cuadro de los diez países más desarrollados del mundo, cuando no a la cabeza de varios indicadores en materia de educación y servicios?
Con el propósito de analizar las posibilidades de transferir la experiencia surcoreana a la región, la última semana de marzo, en el marco de la Reunión Anual del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), se realizó en la ciudad de Busán el “Foro de Intercambio de Conocimiento: las Experiencias de Corea y América Latina”.
Entre las décadas de 1960 y 1990, Corea de Sur redujo la pobreza de 48.3% a 7.6% y en la actualidad tiene una tasa menor a 5%, un logro que continúa siendo esquivo para las naciones latinoamericanas. En gran parte, las conquistas del país asiático se explican a partir de políticas de Estado que promovieron la industrialización y las exportaciones, pero no todo fue un lecho de rosas: hasta la década de 1980 la alternancia democrática fue cuestionada y sucesivamente los gobiernos fueron acusados de prácticas mercantilistas.
Sin embargo, Corea del Sur supo ordenar sus instituciones y convirtió a la meritocracia y la excelencia en los baluartes del crecimiento del país. La economía surcoreana es la más grande de los llamados “cuatro tigres asiáticos” (denominación que comparte con Singapur, Taiwán y Hong Kong) y el ingreso per cápita se sitúa en US$ 30,000. Según Forbes, es la sexta economía más poderosa del mundo, cuenta con un Índice de Desarrollo Humano (IDH) muy alto y su modelo educativo es un referente. Por si no fuera suficiente, está a la cabeza de la innovación universal según el Índice Global de Innovación.
Algunos de los temas abordados en el Foro de Busán fueron: i) Cómo replicar las políticas exitosas de promoción de la inversión y el comercio, ii) Qué tipo de reformas son necesarias para que los países de América Latina den el salto al desarrollo, iii) Cómo alinear la capacitación laboral a las demandas del sector privado y en general a las necesidades de las economías en crecimiento, iv) Tendencias de eficiencia energética, y v) Rol de la coordinación institucional para promover exitosamente las tecnologías de información y comunicación.
Sin duda, serán muchas las enseñanzas que se extraerán de esta cita, más aun tratándose de un país que hace 60 años confrontaba una realidad bastante más adversa y deprimida que la de la mayoría de naciones latinoamericanas y supo revertirla con éxito notable.
Fuentes:
http://events.iadb.org/calendar/eventDetail.aspx?lang=es&id=4420
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