Los seres humanos decidimos a cada momento. Durante buena parte del día tomamos opciones en torno a asuntos que pueden ser rutinarios, pero también sobre otros que tienen mayor trascendencia. Los mecanismos que nos llevar a elegir de una manera o de otra ocupan a diferentes especialistas desde hace décadas, y en ese sentido Michael Platt, profesor de Neurología en la Escuela de Medicina Perelman en la Universidad de Pennsylvania, y de Marketing en Wharton School, ha planteado sus investigaciones a partir de dos premisas: i) ¿Por qué la gente toma las decisiones que toma?, y ii) ¿Qué influye en tales decisiones?
Platt encuentra en sus últimos trabajos la confluencia de factores que intervienen en las tomas de decisiones, desde partes primitivas del cerebro que responden a los instintos básicos de empuje y atracción, hasta el plano de las opiniones de otros.
“Mi investigación se centra en saber cómo el cerebro toma decisiones. Se estudia la toma de decisiones en muchos contextos -en condiciones de incertidumbre y riesgo, y también en relación a la conducta de los demás- y tratamos de entender qué mecanismos del cerebro nos conducen a tomar las decisiones que tomamos y hacer las elecciones que hacemos”, sostiene el especialista.
Al tomar una decisión –una simple como comer una manzana en lugar de un chocolate, u otra de naturaleza más compleja- hay algo que la determina. Para Platt esta es la cuestión de fondo: ¿por qué tomamos esa decisión y no otra? Su trabajo implicó estudiar el comportamiento de las personas que toman decisiones y lo que sucede en el cerebro cuando las toman. Luego se compararon esas decisiones con las actitudes de animales en circunstancias similares.
Una primera conclusión a la que llega el investigador es que tanto personas como animales tienden a tomar decisiones muy similares en contextos similares. Además, su cerebro parece tomar tales decisiones utilizando un conjunto equivalente de mecanismos. De lo anterior se infiere que frente a situaciones complejas, como las que se confrontan en el mercado, las decisiones son impulsadas por fuerzas cuya evolución se inició en el pasado lejano para resolver los problemas que los animales tienen que resolver: búsqueda de alimentos, de compañía y de amigos y aliados que nos ayuden a hacerlo.
De otra parte, el estudio de Platt concluye que las decisiones son influencias por las personas que nos rodean.
“Una cosa que aprendimos del estudio de las decisiones y lo que sucede en el cerebro después de tomarlas es que hay procedimientos muy específicos y altamente especializados para detectar la presencia de otros individuos, identificar quiénes son, evaluar su importancia para nosotros y aprender de su comportamiento”, refiere el investigador.
Actualmente los estudios de Platt se enfocan en el análisis de los procesos del cerebro que nos permiten aprender de la experiencia de otros y utilizar esa información para guiar nuestras decisiones y saber cómo aplicar esa información para comportarnos de forma estratégica con los demás. ¿Cuándo cooperamos? ¿Cuándo abandonamos? ¿Cuándo engañamos a los demás? ¿Cómo podemos entender estos actos mentales? ¿Cómo podemos cambiarlos si queremos tomar mejores decisiones?, son entre otras las interrogantes a despejar.
Fuente:
http://www.knowledgeatwharton.com.es/article/como-se-comporta-la-mente-cuando-tomamos-una-decision/
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