Fue pionera en el ámbito de las tiendas por departamento en los Estados Unidos y a mediados del siglo pasado, en su momento de mayor esplendor, se extendió a lo largo de América Latina. Fundada en 1893 por Richard Warren Sears y Alvah Curtis Roebuck, Sears fue durante gran parte del siglo pasado el ícono del comercio minorista.
En el Perú inició operaciones en 1953, y además de la tienda principal en San Isidro llegó a tener filiales en el Jirón de la Unión, Miraflores, San Miguel y Pueblo Libre. Sears se alejó del Perú en 1984 al vender sus activos a la colombiana Sociedad Andina de Grandes Almacenes (SAGA), que una década después se fusionaría con la chilena Falabella.
Recientemente un artículo de Business Insider daba a conocer que “el final de Sears estaba muy cerca”.
Esta firma del retail, también propietaria de Kmart, reportó una pérdida de US$ 454 millones en el tercer cuarto del año. Sears ha venido registrando pérdidas durante los últimos diez años, pero ésta representa la mayor de los últimos tiempos. Ejecutivos de la compañía atribuyen este resultado a un otoño que ha sido más tibio de lo usual y ha mantenido a los clientes lejos de la ropa de abrigo. Frente a ello, indican que la marca está invirtiendo en el programa de lealtad “Shop your way” (Compra a tu manera), que ofrece ofertas personalizadas.
Pero para muchos expertos Sears está negando una verdad más oscura. “Sears es como un barco a la deriva, carente de un destino específico, con una tripulación desmoralizada y cuya nave sólo tiene valor por la madera con que está hecha”, sostiene Doug Stephens, fundador de la página Retail Prophet y autor del libro The Retail Revival: Re-Imagining Business for the New Age of Consumerism (El Regreso del Retail: Re imaginando los Negocios para la Nueva Era del Consumismo).
“Si ellos realmente quieren cuidar su negocio, lo que francamente es debatible, lo único que podría hacer una diferencia es una completa y radical transformación de la marca y su posicionamiento”, refiere Stephens. “Aun así, habría que desearles la mejor de las suertes, pues el tiempo para una acción fuerte y decisiva ha pasado”, añade.
Sin embargo, los esfuerzos del CEO Eddie Lampert no volverán a hacer de Sears “el lugar donde los estadounidenses quieren comprar”. “Bastante más dinero es el que se está escurriendo que el que se está generando y eso es insostenible”, apunta el experto en retail Robin Lewis, autor del website The Robin Report.
Sears dominó durante años el retail americano, pero no tuvo reflejos ante competidores como Walmart, TJ Maxx y JCPenney, de acuerdo al libro The New Rules of Retail (Los nuevos mandatos del retail), co escrito por Lewis y Michael Dart.
Entre 1998 y 2010, el número de competidores a 15 minutos de cualquier tienda Sears creció de 1,400 a 4,300. Sears podría haber salido al paso de ellos renovando su estrategia. Pero en lugar de ello, la complacencia de sus directivos llevó a la compañía a una significativa pérdida de cuota de mercado.
Fuente:
http://www.businessinsider.com/sears-reports-quarterly-loss-2015-12
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