El rol esencial que cumple la educación en el progreso de las naciones es indiscutible. Dicho de otro modo, no existe posibilidad de un desarrollo sostenible en países que no cuentan con educación de calidad.
En relación al plan educativo que ejecuta actualmente el gobierno de la India, Wharton publicó un informe que detalla los desafíos que confronta esta nación de 1,300 millones de habitantes. Después de asumir su mandato en mayo pasado, el primer ministro indio, Narendra Modi, prometió reformas y crecimiento. Gran parte de esta promesa, sino toda, descansa en los resultados de su gestión educativa.
La mirada ciertamente está puesta en el crecimiento económico. Solo a través de un crecimiento rápido y sostenido la India podrá reducir los niveles de pobreza y división entre sus pobladores. La historia demuestra que esta tarea no es sencilla: desde 1950 solo 13 países en vías de desarrollo han logrado tasas de crecimiento de 7% o más durante 25 años. En la India el PBI no ha superado el 7% desde 2010 y hay quienes proyectan que este nivel recién se recuperaría en 2019. Ahora, si bien no existe una receta exacta para asegurar el crecimiento a largo plazo, lo que nadie pone en duda es el papel central que corresponde a la educación en éste.
Un reporte del Banco Mundial sobre las mejores alternativas para un crecimiento robusto con reducción de la pobreza concluye que “los países que lograron sostener crecimientos por largos periodos pusieron un esfuerzo sustancial en educar a sus ciudadanos y afianzar el capital humano”.
Los números al respecto son claros: cada año adicional de educación incrementa los salarios en un 10%, y de igual modo eleva el PBI anual en o.5%.
Por otra parte, una población educada cataliza el crecimiento a través de múltiples canales. Así, con una masa crítica de ingenieros, gasfiteros y electricistas apropiadamente formados, la India podría construir la infraestructura que requiere. Ciudadanos mejor educados significa también mejores prácticas de gobierno y mejores resultados en la salud.
El estado de la educación en India muestra que existe un amplio espacio para mejoras. El Índice de Capital Humano del World Economic Forum, que toma en cuenta la calidad educativa además de las facilidades de acceso, ubica a la India en el puesto 78 entre 122 países. Asimismo, el último Reporte de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Humano muestra un índice de analfabetismo de 63% entre los habitantes mayores de 15 años.
Ante estos desfases y otros, el primer ministro Modi ha manifestado su compromiso de incrementar de 4% a 6% el porcentaje del PBI destinado al sector educación. También anunció la apertura de nuevos colegios y mejoras en los existentes, así como incrementos salariales para los profesores.
El gobierno sabe que es imperativo que estas propuestas involucren a ciudadanos, la sociedad civil, emprendedores y corporaciones. Las asociaciones público-privadas han demostrado ser eficaces en ese sentido. En la pequeña villa de Bihar, por ejemplo, los niveles de alfabetismo se incrementaron de 30% a 60% adecuando las clases a las habilidades de lectura y no a la edad. Una intervención de bajo costo y altamente efectiva con la participación de residentes voluntarios. La magnitud y la urgencia de los desafíos educacionales en la India son tales, que la única manera de impulsarlos será generando sociedades entre el sector público y privado.
Fuente:
http://knowledge.wharton.upenn.edu/article/indias-lesson-better-education-imperative-growth/
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