No todas las personas tienen la misma actitud ante la vida, lo que supone que no todas tienen la misma actitud ante los sistemas formales. Ciertamente no nos referimos a personas proclives a generar trastornos de clima laboral sin otra explicación que sus impulsos emocionales, sino a aquellas que poseen un talento excepcional pero que no se conducen necesariamente bajo los patrones que asume la mayoría.
Con pequeñas diferencias de matices, este tipo de personas están comprendidas en las teorías del pensamiento lateral, pensamiento disruptivo o pensamiento fuera de la caja con un denominador común: lo cuestionan prácticamente todo.
En un artículo para Management-Issues, Robert Kelsey, CEO de Moorgate Communications y autor del best seller What´s stopping you?: why smart people don´t achieve their potential and how you can, sostiene que “sin duda los empleados disruptivos son un dolor de cabeza para los jefes”. Añade que esta “especie” de personas son creativas y talentosas, pero su individualismo y egoísmo, además de su sensibilidad y desagrado por la autoridad, constituye una mezcla explosiva que los lleva a ignorar las necesidades de equipo. Habitualmente son vistos como problemáticos o rebeldes y ciertamente representan la peor pesadilla para los directivos.
Las raíces del comportamiento diferente se encuentran en una estructura psicológica igualmente divergente. Esto hace a los outsiders incapaces de adoptar normas, costumbres y prácticas comunes a la tribu, que en estos días es básicamente el espacio laboral. De allí que desafíen constantemente los convencionalismos e incluso las jerarquías.
En el trabajo los disruptivos suelen sentirse atrapados y frustrados más allá de que sean altamente competitivos. La explicación está en que la creatividad y el arrojo que reúnen los lleva a tomar riesgos: están siempre ansiosos por marcar hitos o emprender. En defensa de ellos hay que decir que pueden desempeñarse muy bien dentro de una compañía formal mientras sus jefes sepan tratarlos e incentivarlos.
La experiencia muestra que ante lo complejo que resulta a veces tratar con estos colaboradores, muchos directivos optan por despedirlos en lugar de lograr un punto de equilibrio con ellos.
Kelsey, quien se declara disruptivo, brinda una pauta para manejar las relaciones con personas que poseen características similares a las suyas.
Fuente:
http://www.management-issues.com/opinion/7070/employing-outsiders-a-survival-guide/
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