En coaching decimos que “el lenguaje crea realidades”, ya que la herramienta principal de esta disciplina es la utilización del lenguaje.
Dentro de ese contexto, uno de los principales roles del coach es realizar preguntas poderosas, tal es así que podemos definir al coaching como “el arte de hacer preguntas”.
Ahora bien, cuando me refiero a preguntas poderosas hablo de manera específica a interrogantes bien estructuradas, que motiven al oyente y puedan obtener lo mejor de él, evitando obtener como respuesta justificaciones o excusas, ya que no conduce necesariamente al alcance de sus objetivos.
Al desempeñar el rol de guía mediante la realización de preguntas, el coach va guiando al coachee (o cliente) hacia su meta. En el trayecto o proceso de coaching, la persona que recibe los servicios va experimentando transformaciones que se relacionan con poder superar creencias limitantes, así como tener un “insight”, una visión o descubrir de nuevas capacidades y habilidades respecto a su persona y a las nuevas posibilidades de éxito que puede alcanzar.
Otro aspecto importante dentro del rol del coach es saber escuchar, lo que implica tener empatía -uno de los elementos de creación de lazos de confianza entre el coach y el coachee- y confianza, vital para crear las condiciones de sinceridad y compromiso.
Un aspecto relevante tiene que ver con los estándares éticos aplicables a las actividades del coach en sus diferentes ámbitos de actuación, esto dentro de un contexto de responsabilidad con los clientes, la práctica, el desempeño y el profesionalismo con la sociedad.
Esto significa, por ejemplo, confidencialidad, excelencia a través del desarrollo continuo personal, evitar la discriminación, adherirse a la filosofía de “hacer el bien” vs. “evitar el mal”, entre otros.
Existe un término interesante llamado sinergia, palabra de origen griego derivada de «synergía«, la cual posee un interesante significado: “trabajando en conjunto”. En términos simples, entendemos a la sinergia como el momento en el que el “todo” es mayor a la suma de las partes. Pero, ¿qué significa esto en términos de coaching y trabajo en equipo?
Se obtiene una gran ventaja del trabajo en equipo cuando alineamos a las partes, es decir elementos como: ambiente, comportamiento, capacidad y habilidades, creencias y valores, misión y visión.
Estas partes (o conceptos) se pueden alinear en forma de pirámide.
Este alineamiento de niveles jerárquicos le otorgan al equipo una gran consistencia dinámica de adaptación, crecimiento y plasticidad en diferentes contextos, especialmente en uno como la actual pandemia, caracterizado por la incertidumbre y enorme complejidad.
*Este post es una colaboración del docente de Posgrado y coach ICF, Raúl Flores Casafranca.
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