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En tu vida personal y profesional ¿sientes frecuentemente timidez, miedo a la gente o ansiedad social? ¿Te preocupas constantemente por cosas sobre las que no tienes control o te imaginas escenarios catastróficos? O, al contrario, ¿eres una persona que le suele prestar más atención a emociones como la alegría, la esperanza o el gozo?
Tener un enfoque positivo de la vida y del trabajo no quiere decir “evitar o negar los problemas”, sino que se trata de percibir la realidad con un criterio realista y a la vez optimista.
Durante décadas, la psicología se ocupó sobre todo de tratar y curar enfermedades mentales; sin embargo, gracias al aporte de Martin Seligman y de otros especialistas como Tal Ben Shahar, Dan Gilbert y Shawn Achor, la psicología también comenzó a interesarse seriamente por entender cómo las personas utilizan sus fortalezas y talentos para tener una vida satisfactoria y significativa, así como para ser más productivos en el trabajo. Su enfoque, por lo tanto, está orientado en el bienestar.
La psicología positiva fue fundada por Martin Seligman en 1998, quien tras treinta años de práctica terapéutica con un enfoque en el tratamiento de las enfermedades mentales, se preguntó si sería posible ayudar a las personas a que aprecien y refuercen sus fortalezas y virtudes.
Posteriormente, se vio que algunas de las prácticas podían ser aplicadas también en las organizaciones para promover la resiliencia, la colaboración y la confianza. Ello significó cambiar antiguos paradigmas para prestar más atención a las fortalezas y talentos de los empleados, así como conocer sus motivaciones intrínsecas y darle un propósito al trabajo que realizan.
Estudios realizados por Great Place to Work y Gallup han mostrado evidencias de cómo la construcción de relaciones de confianza y entornos mentalmente saludables ―en donde no se castigan los errores, sino que se aprende de ellos y donde la comunicación es transparente, fluida y oportuna― contribuyen a incrementar la productividad, a generar ahorros y a disminuir las tasas de rotación.
Según el modelo PERMA de Seligman, los elementos de la Psicología Positiva son cinco:
Este elemento es muchas veces mal interpretado como un positivismo a prueba de balas o un optimismo excesivo, sin tomar en cuenta el contexto y las condiciones sociales, políticas y económicas.
El positivismo parte de un criterio de realidad. Aun las personas que han vivido experiencias extremadamente difíciles han encontrado formas de superarlas y aprender de ellas. Se trata, pues, de afrontarlas con un criterio de realidad, pero con esperanza y con un sentido de propósito.
La “paradoja de la felicidad” se refiere a la idea de que cuanto más persigues activamente la felicidad, menos probable es que la encuentres. Susan David, una psicóloga especializada en la agilidad emocional, nos enseña que tener expectativas extremadamente altas conlleva desilusiones igualmente significativas.
Por lo tanto, esta idea no debe ser vista como un objetivo en sí, sino como un proceso que involucra experiencias agradables, enriquecedoras y momentos de aprendizaje a partir de las experiencias dolorosas.
La felicidad no es un proceso continuo; está compuesta de momentos de felicidad en las que nos sumergimos en un estado de “flow” o flujo y te conectas con el “aquí y ahora” ¿Recuerdas la última vez que hiciste algo que te apasiona y te olvidaste del tiempo y te volviste uno con esa actividad?
En el ámbito personal, por ejemplo, cuando una pareja se compromete genuinamente, ambos están dispuestos a hacer lo que esté a su alcance para que la relación perdure en un ambiente de respeto y amor. Lo mismo sucede con la familia y los amigos.
En las empresas, el “engagement” se produce cuando los trabajadores se sienten identificados con el propósito de la organización, perciben un clima laboral que fomenta el trabajo colaborativo, el respeto por las diferencias, la equidad en las decisiones; así como el afrontar desafíos que los motiven y activen sus energías para el logro de objetivos comunes.
El ser humano es un ser social. La supervivencia y la realización personal no es posible sin el concurso de otros. En una época en la que la inmediatez es la norma, es necesario darte un tiempo para cultivar relaciones significativas, ésas que te apoyarán en épocas oscuras y que se alegrarán de tus logros personales y laborales.
Viktor Frankl en su libro “El hombre en busca de sentido” da testimonio sobre cómo pudo sobrevivir a un campo de concentración durante la Segunda Guerra Mundial al haberse planteado un propósito: compartir su experiencia para dar sentido a todo lo que vivimos y así aliviar el dolor o la frustración.
Si tu propósito personal está alineado al propósito de la organización para la que trabajas, incrementas tus posibilidades de tener una vida plena a nivel personal y a una vida exitosa a nivel laboral.
El éxito no se mide únicamente por tus logros profesionales. El haber formado una familia, el contar con amigos incondicionales, el disfrutar de un atardecer, el levantarse todos los días a pesar del cansancio, el aprender de tus errores, también son logros, aunque a veces no los valores como tales. Sé agradecido y reconoce tus pequeños triunfos. No te juzgues y sé compasivo contigo misma(o).
En las empresas, la aplicación de la psicología positiva suele ser promovida inicialmente por el área de Recursos Humanos. Sin embargo, debe formar parte de la cultura organizacional.
Los llamados a difundir esta cultura son los líderes, quienes a través de sus acciones se convierten en ejemplo se enfocan en las fortalezas y talentos de su equipo, cuando brindan retroalimentación honesta, cuando fomentan un ambiente en donde no se castiga el error, sino que se aprende de ellos. También es importante que se fomente la camaradería y la empatía.
La pandemia puso en evidencia el valor que tiene para los trabajadores el sentir que su empresa los cuida y se preocupa por su salud física y mental. Es reconfortante constatar que poco a poco se van creando programas cuyo objetivo es ayudar a los trabajadores a cuidar su salud mental.
Espero que esta nota te haya sido útil y te permita reflexionar sobre cómo aplicarla en tu vida personal y laboral. Termino citando una de tantas frases motivadoras de psicología positiva, la cual surge de la perspectiva de Tal Ben Shahar, profesor de la Universidad de Harvard:
“La felicidad no se trata de llegar a la cima de la montaña,
ni de escalar sin rumbo fijo alrededor de la montaña;
la felicidad es la experiencia de subir hacia la cima.”
*Este post es una colaboración Patricia Kamisato Gushi, máster en Administración y Empresas, y docente de la Universidad Privada del Norte.
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