Son varios los analistas y medios especializados que sostienen que nos hallamos en el declive del súper ciclo que llevó al Perú a crecer a niveles sin precedentes en los últimos 15 años, y en el umbral de una nueva etapa durante la cual los motores que impulsen al país serán diferentes.
El portal Lampadia fija el inicio del ciclo virtuoso en la Constitución de 1993 y las reformas de primera generación. Éstas sentaron las bases de una economía abierta e integrada al mundo, lo que a su vez propició el ingreso de inversiones a gran escala. Ello coincidió con el aumento del precio de los metales, lo que a su turno generó el interés de grandes capitales por ingresar al país. De esta forma la minería se convirtió durante los últimas dos décadas en un motor fundamental del crecimiento, representando el 60% de nuestras exportaciones y alrededor del 12% del PBI.
La publicación recoge un conjunto de logros derivados del ciclo virtuoso, entre ellos una reducción sustancial de la pobreza y pobreza extrema, reducción de la mortalidad y desnutrición infantil, incremento de la inversión privada y el empleo en las regiones, duplicación del empleo adecuado, aumento del ingreso y patrimonio del sector rural, importante incremento del ahorro nacional y de las reservas internacionales, crecimiento de las exportaciones no tradicionales, desarrollo de un sector industrial sólido, competitivo y multinacional, así como una reducción sustancial de la deuda pública.
En opinión de José Carlos Saavedra, jefe de análisis macroeconómico de Apoyo Consultoría, con el cambio de ciclo a partir de este año habrá un crecimiento moderado de las ventas al mercado local, en tanto las oportunidades de negocio empezarán a vincularse a los nuevos motores de crecimiento.
Sostiene el especialista que durante los próximos años el crecimiento se sustentará en grandes obras de infraestructura, tal el caso de la Línea 2 del Metro de Lima y el Gasoducto del Sur. Pero además se vienen destrabando diferentes concesiones de carreteras y autopistas, producto de lo cual la construcción de éstas se intensificará. Se espera asimismo la remodelación y construcción de aeropuertos, puertos, hidroeléctricas, hospitales y escuelas.
Saavedra estima que a partir de 2017 la inversión en infraestructura superará a la minera, si bien con el inicio de operaciones en Las Bambas y la ampliación de Cerro Verde la producción de cobre será mayor en 80% con relación a 2013. En lo que concierne al frente externo, el analista refiere que existen riesgos que amenazan la economía global, entre ellos el impacto que generará en los mercados financieros la nueva política monetaria de Estados Unidos, la frágil situación económica de la Eurozona o la desaceleración que viene experimentando China.
Por último, Saavedra anticipa que con una economía creciendo a menor velocidad, las oportunidades de negocio serán mejores para aquellas empresas cuyas ventas se dirigen a los motores de crecimiento del nuevo ciclo económico. Un sector que se beneficiará en este escenario será sin duda el de los negocios de construcción.
Entramos de este modo en un año en el que subsisten algunas incertidumbres, aunque con una decantación más clara de los derroteros a futuro. El reto será siempre anticiparse eficientemente a los cambios
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