Ocio, tiempo libre y turismo: tres conceptos vinculados por la naturaleza humana

El ocio es la esencia del tiempo libre y este puede ser usado a voluntad por el hombre en actividades que le procuren recreación y descanso, entre las que cuenta el turismo.

Ocio, tiempo libre y turismo: tres conceptos vinculados por la naturaleza humana

Para muchos tratadistas la esencia del turismo es el ocio. Esta palabra se deriva del griego “schole” o “skholé”, término que puede significar tiempo desocupado, tiempo libre, liberado del trabajo o estar libre de una obligación. Están relacionados con la idea del tiempo dedicado o no dedicado a hacer algo. Según lo definió Aristóteles, el ocio encierra un concepto más complejo, una condición interna de las personas que resulta favorable a su aprendizaje y desarrollo.

De acuerdo con el movimiento Nuevo Tiempo Libre, “El ocio debe entenderse en su significado aristotélico, como una condición o estado interno que busca el equilibrio y la armonía del individuo”. Por tanto, el ocio es autocalificativo y consciente. Más adelante se lee: “El ocio será entendido como una condición o estado interno creativo…”.

En consecuencia, el ocio, como sustento del turismo, constituye un concepto y una realidad esencial para incorporarlo en el proceso de planificación de esta actividad. De esta forma se está involucrando integralmente al ser humano, que hace del turismo su instrumento de desarrollo personal y social. Al considerar el ocio como esencia del turismo se está participando en un amplio esfuerzo por privilegiarlo socialmente, rechazando que sea “la madre de todos los vicios”, “el hacer nada”, ideas con las cuales se le relaciona por causas ideológicas.

En muchas ocasiones se confunde el ocio con el tiempo libre. Sin embargo, debemos aclarar que si bien se trata de conceptos complementarios, son distintos.

El filósofo Sebastián de Grazia, autor de Tiempo, trabajo y ocio, una de las obras clásicas en que se aborda el tema que nos ocupa, dividía las 24 horas del día de la siguiente manera: tiempo de trabajo, tiempo relacionado con el trabajo, tiempo de subsistencia (comida, horas de sueño, compras, cocina, tratamiento médico, etc.), y por último, uso del tiempo libre. Según de Grazia, el tiempo libre es antónimo del tiempo de trabajo y, por tanto, es un tiempo no productivo al que se le da un contenido o un uso diferente del habitual. El tiempo libre es un tiempo desocupado.

El sociólogo francés Joffre Dumazedier considera que el tiempo libre “es un conjunto de ocupaciones a las que el individuo puede entregarse de manera completamente voluntaria sea para descansar o divertirse tras haberse liberado de sus obligaciones profesionales, familiares y sociales”.

Por otro lado, Frederic Munné define al tiempo libre como “el tiempo personal para dedicarlo a actividades autocondicionadas de descanso y recreación para compensarse y afirmarse la persona individual y socialmente”, sintetizando que el tiempo libre “es un tiempo de libertad, para la transformación del hombre”.

En síntesis, el tiempo libre, cuya esencia es el ocio, viene a ser el tiempo disponible para dedicarlo a un uso condicionado por los intereses de cada persona.

*Este post es una colaboración de Iván La Riva Vegazzo, docente de la Facultad de Negocios de la Universidad Privada del Norte.

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