En un mundo tan competitivo es indispensable aprender a sumar esfuerzos a fin de poder enfrentar exitosamente los avatares financieros y comerciales del entorno empresarial, pues las empresas, en su afán de expandir sus actividades a otros horizontes locales, regionales, nacionales e internacionales, buscan asociarse o desarrollar alianzas estratégicas.
Los participantes de una sociedad o alianza estratégica -los socios- son quienes pueden aportar a la misma recursos tales como productos, medios de distribución, procesos de manufactura, recaudación de fondos para proyectos futuros, capital, conocimiento, experiencia o propiedad intelectual.
La sociedad o alianza estratégica es una forma de cooperación o colaboración que tiene como objetivo desarrollar sinergias en base a las cuales cada uno de los socios espera que los resultados obtenidos sean mejores a los que podrían alcanzar individualmente.
Consecuentemente, elegir un socio para iniciar un negocio o para expandir sus operaciones resulta casi tan importante como elegir con quien casarse. Esta etapa en la vida de los negocios o empresas obligará a los socios a pasar horas juntos y con frecuencia habrá desacuerdos, pero al final si se trabaja en función de un objetivo común se logrará un negocio exitoso (o un matrimonio feliz). La elección de los socios es clave para el éxito del negocio o empresa.
Es importante tener en cuenta que para elegir a un buen socio no hay que dejarnos llevar por un impulso; es fundamental tomarse un tiempo para pensar las cosas con claridad.
El perfil ideal lo podemos traducir en los aspectos siguientes:
Antes de embarcarnos en una aventura de “matrimonio empresarial” incorporando socios a nuestra empresa o emprendimiento, es fundamental tener claro que una cosa es tener socios y otra es tener los socios adecuados. Un socio adecuado es quien aporta un valor significativo para el negocio. Por ello se debe tener claro qué tipo de socio necesito y para qué lo necesito.
Los socios no deben de compartir las mismas funciones en la empresa, si bien ambos van a revisar y analizar lo que ocurre con los procesos de ventas y contacto con los clientes; es decir, aun cuando no van a vender directamente (aunque pueden hacerlo en los primeros tiempos del emprendimiento), sí van a estar al tanto de lo que está pasando en ese sector para tomar las mejores decisiones sobre su aporte o inversión. Esto se debe a que repercute no solo en su economía personal sino también en la de la empresa. Hay que diferenciar que una cosa es ser socio o dueño y otra muy diferente es participar en la gestión o administración del emprendimiento o empresa.
Cada socio necesita su espacio y sentirse valorado. Por ello conviene definir muy bien cada rol para que cada socio pueda asumir su función de forma asertiva. A su vez, debe existir una comunicación fluida basada en la confianza mutua. Con frecuencia, mezclar la amistad con los negocios puede traer consecuencias a largo plazo.
Las características más destacadas que debe reunir el aliado o socio de un buen negocio son las siguientes:
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