Hace unos días un estudiante nos comentaba que sentía que la carrera que estaba estudiando no era la adecuada. Lo que más le preocupaba es que ya cursaba cursos de mitad de carrera y esa sensación inicial de incertidumbre no se había minimizado o desaparecido; todo lo contrario, se había acentuado. ¿Qué se puede hacer en esos casos? ¿Se cambia de carrera? ¿Se vuelve a comenzar? ¿Qué dirá el grupo familiar sobre la decisión de cambiar de carrera?
La sensación que describimos es una etapa que la mayoría ha experimentado, normalmente una vez terminada la educación básica. ¿Qué estudio? ¿Para qué soy bueno? ¿Qué quiero hacer con mi vida? Son dudas bastante comunes en la vida de toda persona, las cuales teóricamente se van solucionando una vez que se escoge un oficio o carrera y sobre todo cuando se inicia la etapa de ejercicio profesional de la carrera elegida. Entonces, ¿una carrera profesional es una decisión con la que convivir toda la vida? ¿Es un matrimonio en el cual se debe permanecer pese a que se sienta que tal unión ya no es gratificante y productiva?
La elección de una carrera profesional u oficio es fundamental pues en función de dicha decisión luego se empieza a delinear la vida de una persona, oportunidades de trabajo, círculo de amigos, expectativa de nivel de vida, entre otros aspectos. Pero dicha elección no es ni mucho menos una camisa de fuerza. Como la vida, el perfil profesional de una persona puede y debe de ir cambiando, de modo que se adapte no sólo a los factores externos (requerimientos del mercado laboral, avances tecnológicos, etc.), sino sobre todo a los factores internos de cada persona (a sus expectativas, sueños, creencias y escala de valores). Es cierto que para algunas personas la elección puede ser única y reconfortante desde el inicio, pero de no ser así, se tiene el derecho y la obligación de seguir buscando.
Entonces, ¿se puede cambiar siempre y en cualquier momento? Consideramos que no, afirmar ello es ir al otro extremo. Si bien es saludable que cada persona siga su propia búsqueda profesional, la misma no implica necesariamente un cambio radical como podría ser un cambio de carrera; se trata más bien de cambios graduales y específicos que a mediano plazo pueden implicar un cambio más significativo.
Por otra parte, en la mayoría de los casos las carreras profesionales tienen distintos ámbitos de acción, con lo cual sólo hará falta identificar qué área específica es más afín a los intereses y capacidades del profesional en formación o ya en ejercicio de la carrera. Por otra parte, tampoco se puede descartar lo que no se conoce, y en muchos casos los aspectos operativos de una carrera son distintos y más seductores a lo que se puede ver en las aulas, por ello vale la pena persistir hasta que la evidencia empírica indique si estamos o no en el camino correcto.
En conclusión, es válido cambiar a nivel profesional y que dicho proceso sea resultado de una búsqueda personal permanente, tanto durante el proceso de formación como durante el ejercicio profesional. Son válidos tanto los cambios pequeños y graduales, así como los más radicales o significativos.
A modo de colofón, amigo universitario, si hasta ahora no has desertado es porque pese a tus dudas encuentras aspectos reconfortantes en la carrera que estás estudiando. La etapa universitaria es desafiante, activa y fascinante, pero a la vez un tanto impredecible porque no siempre se tiene claro el puerto al cuál se va a llegar.
La Universidad Privada del Norte te permite avanzar de manera gradual primero con los cursos de formación general, que pueden servirte para diversas carreras, si es que desearas hacer un cambio en tu elección. Recuerda que, si tienes dudas, puedes contar con los servicios de orientación psicológica que pueden orientarte sobre tu vocación.
Ten paciencia, persevera y cuando menos lo pienses verás que hiciste la mejor elección. Todo cobrará sentido y lo que parecía aburrido y confuso por arte de magia se volverá claro e interesante. El truco consiste en siempre buscar lo que te genere satisfacción personal, lo que coincida con lo que tú quieres de la vida (a nivel personal, financiero, emocional, etc.), lo cual cambia permanentemente. En función de ello podrás escoger la especialidad que más te agrade o incluso hacer cambios más significativos. No siempre se acierta a la primera, la regla es seguir intentando, seguir buscando.
*Este post es una colaboración de Héctor Eduardo Véliz Lázaro, docente de la Facultad de Negocios de la Universidad Privada del Norte.
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