El turismo deportivo se ha convertido en un fenómeno imparable que trasciende las fronteras y mueve millones de dólares cada año. Los eventos deportivos de gran magnitud, como la Copa América, los Juegos Olímpicos o la Copa Mundial de la FIFA actúan como imanes para aficionados de todo el mundo, quienes viajan con la ilusión de vivir la emoción del deporte en vivo y en directo. El gran número de turistas tiene un impacto económico significativo en los países anfitriones, apoya a muchas industrias y deja un legado duradero. Entonces, ¿Cómo pueden los eventos deportivos promover el turismo no solo en el país anfitrión sino también en los países participantes?
1. El impacto económico del turismo deportivo a nivel mundial: un motor de crecimiento imparable
Según la Organización Mundial del Turismo (OMT), el turismo deportivo crece a un ritmo del 6% anual, superando el crecimiento promedio del turismo en general. Este dato revela la creciente popularidad de este tipo de turismo y su potencial para generar ingresos y empleo en todo el mundo.
El impacto económico del turismo deportivo se manifiesta en múltiples niveles. En primer lugar, los turistas deportivos gastan grandes sumas de dinero en alojamiento, comida, transporte, souvenirs y actividades de ocio. Esto beneficia a una amplia gama de sectores, como restaurantes, hoteles, el comercio minorista y el transporte.
En segundo lugar, los eventos deportivos de gran envergadura suelen requerir una gran cantidad de dinero en infraestructura. Los países anfitriones construyen o renuevan estadios, aeropuertos, carreteras y otras instalaciones para recibir a los visitantes y garantizar el éxito del evento. Estas inversiones mejoran la calidad de vida de los residentes locales y atraen turistas y empresas, lo que impulsa el crecimiento económico a largo plazo.
En tercer lugar, el turismo deportivo aumenta el empleo. Cuando se organizan y realizan eventos deportivos, se crean numerosas oportunidades laborales en varios campos, desde la construcción y la restauración hasta el transporte y la seguridad. Estos trabajos temporales pueden convertirse en oportunidades permanentes que ayudarán a reducir el desempleo y mejorar la calidad de vida de la gente en la zona.
Además de los beneficios directos para la economía, el turismo deportivo también tiene efectos económicos indirectos. Los eventos deportivos se presentan en los medios de comunicación para atraer inversionistas y turistas, lo que genera un interés a largo plazo en el país anfitrión. La imagen positiva del país se fortalece, lo que puede resultar en más exportaciones, atracción de talento extranjero y creación de nuevos negocios.
2. Perú: Un jugador estrella en la cancha económica de la Copa América
La relación de Perú con la Copa América va más allá de la pasión futbolística. Perú ha sido protagonista en varias ediciones del torneo, tanto como participante como anfitrión, y su experiencia demuestra el potencial de este evento para impulsar la economía y el turismo. A la fecha Perú ha sido 6 veces sede de este evento deportivo, recordemos los resultados del más reciente:
En el año 2004, Perú fue el anfitrión de la Copa América, un acontecimiento sin precedentes en la historia del fútbol peruano. Más de 200,000 visitantes llegaron al país durante el torneo, lo que generó una ganancia económica de alrededor de 100 millones de dólares. El sector turístico y otras industrias relacionadas, como restaurantes, hotelería y transporte, se beneficiaron significativamente de esta cifra.
La realización de la Copa América 2004 tuvo un efecto positivo en la reputación de Perú a nivel mundial. El país demostró su capacidad para albergar grandes eventos deportivos, atrayendo inversionistas y turistas de todo el mundo. La difusión de los medios durante el torneo evidenció la diversidad de la cultura, la naturaleza y la gastronomía del Perú, lo que despertó un interés duradero en el país como destino turístico.
La Copa América 2004 dejó un legado duradero en Perú. El país invirtió en la construcción y renovación de estadios, aeropuertos, carreteras y otras infraestructuras necesarias para albergar el torneo. Estas inversiones no solo mejoraron la calidad de vida de los residentes locales, sino que también sentaron las bases para el desarrollo futuro del turismo y otros sectores económicos.
Además, la Copa América 2004 sirvió como plataforma para promocionar el Perú a nivel internacional. La cobertura mediática del torneo mostró al mundo la belleza de sus paisajes, la riqueza de su historia y la diversidad de su cultura. Esto generó un aumento en el número de turistas que visitaron el país en los años posteriores al torneo, consolidando al Perú como un destino turístico atractivo y diverso.
La Copa América 2024, aunque no se celebre en Perú, representa una nueva oportunidad para el país. La participación de la selección peruana en el torneo generará un gran interés entre los aficionados locales, quienes seguirán de cerca el desempeño del equipo y consumirán productos y servicios relacionados con el fútbol.
3. El turismo en Perú: un potencial desatado por la pasión futbolística
La Copa América 2004 demostró el poder del fútbol para impulsar el turismo en el Perú. «En la UPN, estamos convencidos de que la edición 2024, aunque no se celebre en nuestro país, será un catalizador para el crecimiento del sector turístico y un escaparate para mostrar al mundo la riqueza cultural y natural de nuestro país», afirma el Dr. Augusto Cáceres, decano de la Facultad de Negocios.
Este evento es mucho más que un simple torneo: es una fiesta que unirá a las naciones, despertará pasiones y, ¡SÍ!, también abrirá un mundo de oportunidades económicas. Para nuestro país, esta edición representa una oportunidad única para impulsar el turismo, mostrar al mundo nuestra riqueza cultural y natural, y consolidarnos como un destino turístico de primera categoría.
La pasión que experimentamos en el último mundial, esa energía, ese orgullo y esa unión que nos caracteriza como peruanos, son sentimientos que anhelamos revivir. Aunque en esta ocasión no seamos los anfitriones, la Copa América 2024 nos brinda la oportunidad de demostrar nuevamente nuestra pasión por el fútbol y contagiar al mundo con nuestra alegría. Cada gesto de apoyo a nuestra selección, desde la compra de una camiseta hasta el fervor en las gradas, se convierte en una inversión en nuestro país, una forma de impulsar nuestra economía y mostrar lo mejor de nosotros mismos.
Desde la Facultad de Negocios, reconocemos el poder transformador del deporte y el potencial de la Copa América para tener un impacto positivo en nuestra sociedad. Nuestro apoyo a la selección radica en que su actuación será un modelo para las próximas generaciones en Perú, demostrando que con trabajo y dedicación podemos lograr importantes éxitos. ¡Vamos Perú! Confiemos en nuestra selección, en nuestro espíritu emprendedor y en la fuerza de nuestra pasión futbolística. La Copa América 2024 es una oportunidad para demostrar que somos un país capaz de grandes cosas, tanto dentro como fuera de la cancha. ¡Juntos podemos hacer historia!
Este post es una colaboración de César Lavado Bocanegra, coordinador especialista de la carrera de Economía de la Universidad Privada del Norte.
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