Empatía y tolerancia, las claves de la comunicación

Desde hace unas semanas estamos escuchando mucho sobre la libertad de expresión. Los hechos ocurridos en varias partes del mundo con medios de comunicación y periodistas han removido las fibras más sensibles de la comunidad a nivel mundial. Sin embargo, debemos tener en cuenta la dimensión de los hechos  ya que debajo de todos ello hay un factor común: la intolerancia. La intolerancia por definición es opuesta al principio de libertad de expresión.  Es opuesta a cualquier tipo de libertad. Señala que las personas, en principio, no se entienden ni quieren entenderse; es decir, no se comunican.  La comunicación es la base de la sociedad, sin ella no se transmiten ideas, conceptos, se llegan a acuerdos, sin ella no se crean sociedades. No olvidemos que es la comunicación la que crea el sentido del mundo como lo vivimos, como lo percibimos.

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Como bien común la comunicación debe tener principios básicos, los mismos que están en el proceso de comunicación misma, y que son acuerdos (algunas veces tácitos) que nos permiten interactuar y vivir en sociedad.  Uno de esos acuerdos es la empatía. Por empatía se entiende el identificarse con los demás de manera afectiva, entendiendo sus emociones al momento de comunicarse por ejemplo. Otro de los acuerdos del proceso es la tolerancia. Por tolerancia nos referimos al respeto a las ideas  de los demás, aunque no estemos de acuerdo con ellas.

Si bien la libertad de expresar nuestras ideas y vivir nuestras vidas, según los propios principios y valores, es central en la concepción del mundo tal y como lo conocemos, no debemos caer en la trampa de pensar que podemos decir y hacer lo que sea, sin mayor control o análisis, ya que eso llevaría a que las sociedades vivan en anarquía.

Como hemos señalado, la comunicación permite crear sentido, conocer y percibir el mundo en que vivimos de manera tal  que todas las formas de comunicación transmiten significados. Es por eso que quienes trabajamos en comunicación sabemos de la importancia de conocer a nuestro público no solo en aspectos cuantitativos sino cualitativos, sus costumbres, formas de pensar y de sentir, a fin de poder llegar con el mensaje adecuado y cumplir nuestros objetivos de comunicación.

Los medios de comunicación, hablando de los mass media, cumplen un importante papel en la comunidad a la que sirven. Señalo sirven ya que los medios de comunicación son fuentes de información, entretenimiento y cultura. Son, por definición, sin importar si estos son públicos o privados, portadores de contenidos simbólicos que impactan, significantes en sus sociedades o comunidades. Son estas sociedades las que les confieren una mayor o menor relevancia y son ellas las que les confieren, en un acuerdo tácito, la responsabilidad en el manejo de la información al ser medios en su mayoría masivos. Es por ello que muchas veces los contenidos transmitidos por los medios de comunicación han sido utilizados por estados, gobiernos, ideologías con fines perversos y permisivos.

Los medios de comunicación si bien tienen como bandera la libertad de expresión, deben ejecutarla teniendo en cuenta la repercusión (positiva o negativa) de sus mensajes. Difamar, calumniar, des informar, denigrar no puede ser nunca el objetivo de un medio de comunicación. Si bien existen géneros que permiten la sátira o el doble sentido, éstos debe apoyar a conocer la realidad a que el público de cuenta de la misma. Si bien existen diferentes lecturas ante un contenido comunicacional, dadas por el receptor debemos recordar siempre que la empatía y la tolerancia deben ir del emisor al receptor y viceversa.

Realidades como la de Francia nos demuestran lo importante y crucial que son los términos de empatía y tolerancia cuando hablamos de comunicación. Los contenidos comunicacionales definen el mundo para quienes los leen. Si esas lecturas son mediadas por contextos políticos, religiosos, culturales en general y se deja de lado el contexto en el que se produce el mismo, caemos en intolerancia.

Pero la intolerancia también tiene las mismas vías que forma la tolerancia: la de los emisores y la de los receptores.

La información que se conduce por los mass media y por los diversos soportes masivos análogos como digitales y plataformas como blogs y microblogging entre otros, es mediada por el contexto y por su emisor. Si el emisor es un medio o persona popular con alto impacto en la población, la responsabilidad de la que hablamos al inicio es mucho mayor. Una institución o una persona tiene como principal activo su imagen, la cual da cuenta y se forma en su accionar diario.

Cuando los emisores líderes, sean empresas, instituciones, funcionarios o personalidades, usan la información sin objetivos claros, sin un fin o es usada con fines negativos (como desinformar, crear escenarios falsos, distraer la atención) caemos no solo en intolerancia, sino que también ocasionamos una lesión a la institucionalidad de dichos emisores.

El manejo responsable de la libertad de expresión es un deber de todos en una sociedad, no solo de los medios de comunicación. Todos tenemos derecho a recibir información de calidad pero más importante aún  todos tenemos derecho a que a quienes conferimos papeles importantes en nuestro entorno respeten los dos conceptos de la comunicación de los que venimos hablando: empatía y tolerancia.

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