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Prevenir los problemas de salud mental y física te ayudará a aumentar tu rendimiento en la universidad y así aprovechar mejor tus oportunidades de estudio.
¿Te imaginas tener todas las oportunidades de estudio posibles y al final quedarte en casa debido a alguna enfermedad? Que esta no sea tu situación; presta atención a estos consejos que te ayudarán a evitar padecer cualquiera de estos malestares de salud en la universidad.
El estrés, la ansiedad y la depresión son los males más comunes. Se producen debido a la alta carga de actividades académicas y laborales, la falta de tiempo y la incapacidad para manejar todo ello. En casos extremos puede llegar a afectar tu desempeño y motivación en la universidad.
Para evitarlos, establece un horario, tus prioridades y planifica todos tus trabajos, exámenes y deberes para que el tiempo no sea tu enemigo. Con esto también será posible que dediques al menos unas horas a tus pasatiempos o a pasar momentos con tus seres queridos, lo que te ayudará a relajarte y librarte de la tensión. Recuerda que si los síntomas de estos males aumentan o persisten, debes acudir a una especialista para recibir el tratamiento adecuado.
La gastritis, por ejemplo, ocurre debido al alto consumo de comida chatarra y al desorden en el horario del desayuno, almuerzo y cena. Por ejemplo, muchos estudiantes dejan de almorzar o desayunar porque necesitan terminar un trabajo, creyendo que esto no afectará su salud si lo hacen solo de vez en cuando. Los problemas alimenticios producen también falta de energía, desánimo, dolores, ansiedad y falta de concentración, lo que disminuye el rendimiento académico.
Una de las principales formas de evitarlo es, inicialmente, tomar conciencia de lo importante que es una alimentación saludable en la vida universitaria. Al comer alimentos sanos (como frutas, verduras y legumbres) tendrás más energía y facultades mentales para dedicarte a tus estudios y tu trabajo. Serás más eficiente, resolverás problemas y cumplirás con tus actividades en un menor tiempo.
Pasar varias horas al día en un salón o en casa, estudiando, puede afectar a más de uno. Las largas jornadas en clases agravadas por una mala posición al sentarse ocasionan dolores en la columna e incluso problemas para caminar.
Tomar descansos entre cada clase y caminar al menos cinco minutos favorecerá tu condición. Además, puedes practicar deportes o realizar alguna actividad física en casa para fortalecer tus músculos y resistir mejor las actividades que, a veces, resultan agotadoras. El deporte también favorece la salud mental y te otorga más energía para concentrarte en tus tareas académicas.
El estrés por los exámenes o amanecerte más de una vez a la semana para estudiar puede provocarte insomnio. Esto afecta tu rendimiento y la productividad en tus cursos, además que poco a poco va debilitando tu cuerpo y te dejaría expuesto a otros tipos de enfermedades por falta de defensas.
La clave para evitar este malestar está en mejorar tu organización y planificación para eliminar las malas noches. También puedes reducir las distracciones (como el celular, la televisión o las tareas a última hora) que te dificulten dormir durante la noche.
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