Joel Calua Torres tiene muy vivo su primer contacto con UPN. “Lo recuerdo como si fuera ayer. Un amigo me presentó a quien fuera director académico (Víctor Rengifo) hace ocho años. Yo era entonces docente en la Universidad Nacional de Cajamarca y venía para cubrir eventualmente un curso de cuatro horas. Me invitaron a participar en una clase modelo. Dicha clase la hice ante tres profesores que simularon ser mis estudiantes. Participé de dicha evaluación en un ambiente de mucho respeto y consideración. Me llamó mucho la atención la calidez de las personas con quien traté”, relata.
Hoy director del departamento de Letras, Joel manifiesta que a UPN lo unen ante todo sentimientos de consideración y respeto. “Pero también de amistad con seres humanos que comparten una misma misión: educar”. Un día de trabajo en UPN es para Joel un espacio de su vida dedicado a su crecimiento como ser humano, y añade que a su hijo le diría que dicho espacio –el lugar donde trabaja- es el espacio donde aprende constantemente que su razón de ser se cristaliza a través de la educación.
“En los cinco años de vínculo que tengo con UPN lo que más valoro es el respeto y consideración a mi dedicación como educador, además de haberse constituido en mi segundo hogar”, expresa.
¿Alguna anécdota o episodio de especial recordación? “Más que una anécdota una conclusión: vine por unos días, en un acto consciente y razonado, pero ya llevo cinco años como director y más de dos como profesor a tiempo completo”.
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