Psicoterapia sistémica, una alternativa ante los problemas psicológicos

Una de las especialidades de la psicología ampliamente difundida y conocida es la psicología clínica. La psicoterapia se ubica dentro de esta línea y se encarga del tratamiento de los problemas y trastornos psicológicos. La psicoterapia sistémica es un modelo dentro de ésta, actual y coherente con las demandas de la sociedad post-moderna. A continuación hablaremos de su origen, sus ideas centrales y el estado actual de este fascinante paradigma.

Este corriente surge en los años 50 del siglo pasado, principalmente por estudios hechos en el Mental Research Institute (MRI) de Palo Alto, California, Estados Unidos. Las ideas del antropólogo Gregory Bateson (1950) sentaron las bases de este paradigma, que luego, ampliadas por investigaciones hechas en el MRI sobre la comunicación en familias con miembros esquizofrénicos, plantearon una nueva mirada a viejos problemas: la mirada sistémica. Paralelo a ello, en varias partes del mundo también se iban haciendo estudios que sumaron al surgimiento del modelo.

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La diferencia de este modelo con otros de psicoterapia es la epistemología -entendida como «la manera en que los organismos conocen los que conocen» (Bateson, 1945). El paradigma sistémico se basa en el constructivismo como base epistemológica, y se apoya en la teoría general de los sistemas (Ludwig Von Bertalanffy, 1950) como principal sustento, aunque tiene muchos otros elementos de apoyo teórico (la cibernética, la teoría de los tipos lógicos, la teoría del caos, la termodinámica, la pragmática de la comunicación, etc.).

Surge en un contexto en donde el tratamiento de problemas psicológicos y psiquiátricos estaba relegado al psicoanálisis o a los modelos médico-farmacológicos, cuyos focos de atención e intervención eran el aparato psíquico interno, el inconsciente, el pasado, el trauma y la infancia, las descompensaciones neuroquímicas o los procesos neurofisiológicos.

Las ideas y propuestas fundacionales del modelo sistémico ponen acento en la comunicación, sobre todo en la comunicación paradójica y el doble vínculo como elementos presentes en la esquizofrenia y otros problemas, a los que se suman los conceptos de desconfirmación y descalificación. De otro lado, el estudio de las estructuras y dinámicas familiares por parte de Salvador Minuchin (1965), nos habla de las importancia de los subsistemas, los límites, roles y jerarquías en el análisis de los problemas. Hay Jaley (1970) introduce el concepto de ciclo vital familiar y la relación del paso de etapas en el surgimiento y mantenimiento de los problemas. Milton Erickson (1945) aporta con su extraordinaria manera de trabajar las creencias y la comunicación de la personas para lograr trances no hipnóticos. En general son conceptos que ponen énfasis en las relaciones y la comunicación, complementando la mirada intrapsíquica y neurobiológica del ser humano.

«El mapa no es el territorio», reza la célebre frase de la psicoterapia sistémica. Ello supone que todo lo que el terapeuta observe en la terapia no es más que la construcción de lo que ve, impregnada de su subjetividad en todo momento, siendo imposible una mirada objetiva. Surge así la terapia del cambio, el acento en la narrativa del sujeto, brindándose vital importancia a la figura del terapeuta como elemento de cambio dentro del sistema terapéutico.

Actualmente este modelo tiene diversas vertientes: la narrativa, el modelo estructural, la terapia breve, la terapia de posibilidades, la terapia centrada en el problema, el modelo ericksoniano, la terapia estratégica, la estructural-estratégica, la terapia de las posibilidades, etc. Cada una de ellas complementa el infinito universo de escuelas sistémicas, ninguna mejor o peor que otra, simplemente diferentes y complementarias, que el terapeuta adopta según varios elementos: su estilo personal e historia, el contexto geográfico, la dinámica familiar que traen los pacientes , el contexto sociopolítico, el tipo de problema presentado. Cabe recalcar que cualquiera sea la escuela de interés debe pasar por cursos de entrenamiento y formación que le brinden una sólida base teórico-práctica.

En conclusión, la psicoterapia sistémica es un paradigma moderno de la psicología sin dejar de ser un eslabón más de la cadena infinita de paradigmas. Nace para dar respuestas a una sociedad llena de cambios, acorde al pensamiento actual. Pone énfasis en las relaciones y se basa en una epistemología constructivista, en donde el sujeto cognoscente es el responsable de «inventar» el mundo, incapaz de describirlo objetivamente. Actualmente tiene varias escuelas, cada una de ellas complementaria y distinta a la otra, pero no mejor ni peor. Es un modelo amplio y de infinitas posibilidades de ayuda a los demás, y quienes compartimos este paradigma sabemos de su utilidad en los pacientes.

*Este post es una colaboración de Edén Castañeda, coordinador de la carrera de Psicología – campus Cajamarca de la Universidad Privada del Norte.

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