Estudios indican que dos de cada cinco deportistas que han sufrido una rotura de ligamentos cruzados no han vuelto a desempeñarse de la misma manera dos años después de ser operados. Conoce los métodos para evitar este tipo de lesión que te puede dejar varios meses fuera de competencia.
Cuando vas a practicar algún deporte -sea fútbol, vóley o cualquier otro- siempre te encuentras con alguien que empieza a trotar y hacer algunos estiramientos previos. Probablemente te has preguntado por qué tantos ejercicios previos si los huesos y músculos estarán activos durante la actividad física, pero este argumento podría dejarte varios meses sin practicar tu deporte favorito.
Una de las lesiones más temidas por los deportistas profesionales y que debes tomar en cuenta cuando realizas algún deporte, es la rotura de los ligamentos cruzados. Pero, ¿qué son los ligamentos cruzados? Se les llama así a las cuerdas que unen el hueso del fémur con el hueso de la tibia. Su función es dar estabilidad a la rodilla evitando que la pierna se mueva excesivamente de atrás hacia delante cuando es sometida a un esfuerzo.
Son en total cuatro ligamentos que hay en la rodilla: el ligamento cruzado anterior, ligamento cruzado posterior, ligamento lateral y ligamento lateral externo. El primero es el más habitual a romperse y se produce durante las actividades deportivas y de recreación, por lo que afecta en su mayoría a la población joven. Estudios realizados por The American Journal of Sport Medicine indican que solo dos de cada cinco deportistas de alta competencia volvieron a jugar al mismo nivel antes de la lesión dos años después de ser operados, por lo que la recuperación de una lesión de esa envergadura es prácticamente imposible. Pero este no es el principal problema por el que los deportistas no regresan a las competencias al 100%, sino que otro factor crucial y que muchas veces no es tomado en cuenta es el psicológico.
Las personas recién operadas no pueden realizar ejercicios con la misma intensidad; se tiene que preparar al ligamento para que pueda realizar la actividad. Para que una lesión del ligamento cruzado se encuentre “curada” tiene que pasar como mínimo un año, debido a que es el tiempo en que el pseudo tendón (injerto) pasa por un proceso de remodelación, pues estos son extraídos de dos zonas del tendón patelar (HTH) o del músculo semitendinoso. Por lo tanto, es necesario que su estructura cambie. La mayoría de los fracasos de esta cirugía es debido a que el jugador no cumple el tiempo de recuperación (1 año) y tampoco con una adecuada rehabilitación.
Para prevenir este tipo de lesiones existen númerosos métodos que puedes seguir, siendo uno de los más completos el PEP Program, fundamental para fortalecer tus músculos y articulaciones. Lo primero es realizar un calentamiento que consta de carreras continuas y carreras en zig-zag que ayudarán a tus músculos y articulaciones a activarse. Luego deberás hacer ejercicios de fuerza como zancadas frontales, sentadillas y estiramiento de piernas. Después de ello es necesario realizar saltos con los pies juntos y separados a fin de reforzar los ligamentos, y por último es necesario estirar diversos músculos del cuerpo para que estos no se vean afectados durante la rutina. También es importante realizar una adecuada evaluación postural, en la cual se detecten desalineaciones de las estructuras que generen fuerzas de tracción hacia las estructuras haciendo más probable que se sufra la lesión.
¡Recuerda! No olvides realizar ejercicios de calentamiento y estiramiento previos y posteriores a cada actividad deportiva. Así evitarás lesiones graves que te alejarán de lo que más te gusta por mucho tiempo.
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