El anteaño estuve en el Valle del Silicio, en California y por supuesto fui a GOOGLE. Es parecido a un campus universitario, pero sin la seriedad de sus aulas ni el silencio de sus bibliotecas. Es quizá una combinación de espacios opuesta a lo que yo tenía en mi mente como una oficina seria. Y lo que vi adentro me pareció absolutamente serio.
Mi primera visita fue al edificio 42! Eso no es una corporación, es una comunidad, un distrito! No sé si decenas o cientos de hectáreas, llenas de verde y flores, ordenadas, impecablemente limpias y agradables; canchas de vóley, mesas de billar entre las “oficinas”, cafeterías con frutas, sándwiches y snacks en muchos de los pisos, incluso puedes ver un resbaladizo para bajar de un piso a otro como cuando eras niño, si eso te apetece, y claro que te apetece.
¿Corbatas? ¿Trajes? Probablemente solo los ves en los visitantes, difícilmente el CEO ni el CFO tengan más de un par en sus guardarropas.
Todo impresiona en GOOGLE. Me llamó la atención un joven de unos 35 años, melena en los hombros no muy limpia, sandalias, caminando por los pasillos casi literalmente de la mano de … un perro! Un perro mejor peinado que el dueño, tranquilo, amistoso, que me vio y me dedicó un movimiento de cola revelador de su simpatía. Una vez que comienzas a comprender la filosofía de la empresa ya casi nada te sorprende, las instalaciones están concebidas para que la gente que allí trabaja se sienta bien, se sienta a gusto, se sienta contenta.
Un empleado contento es un empleado más productivo que un empleado frustrado. La diversión no está reñida con el profesionalismo. El lugar de trabajo no necesariamente debe ser serio.
Un buen lugar para trabajar debe ser un espacio liberador, un sitio donde puedas disfrutar estar, una zona divertida; se nota cuando el domingo por la tarde ya quisieras que fuese lunes.
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