China: el letargo del dragón

El crecimiento económico de la última década ha tenido en China un soporte principal. El dinamismo de nuestras relaciones comerciales se consolidó tras la entrada en vigencia del Tratado de Libre Comercio en marzo de 2010. Desde entonces China pasó a ser el primer socio comercial del Perú, abriendo un importante mercado para productos minerales, agropecuarios y de manufactura que incrementaron nuestros envíos de US$ 6,000 millones a US$ 15,000 millones en solo cuatro años.

Pero el gran dragón asiático comenzó a dar muestras de fatiga un tiempo atrás y ese deterioro ha tenido sin duda alguna efectos adversos en nuestra economía. Es bastante lo que se ha conjeturado a partir del sensible enfriamiento chino. Por una parte, ciertos analistas plantean que el crecimiento promedio de 10% había sobrepasado el potencial del país, lo que inevitablemente anunciaba el bajón. Pero en sintonía con versiones del gobierno chino, otros sostienen que se trataría de una desaceleración prevista para iniciar una etapa con beneficios más visibles en la población.

En relación al futuro económico de China, The Economist publicó recientemente un informe que anticipa para los años venideros un crecimiento incluso menor al 7% con que cerraría el 2013. Citando al Fondo Monetario Internacional (FMI), la publicación señala que la tasa de crecimiento china se estabilizaría alrededor de 6.3% hacia el final de la presente década. Sin embargo, existen expertos que basándose en patrones de crecimiento similares alrededor del mundo, pronostican una caída aún más acentuada: a un 2% basándose en el ingreso per cápita real.

Dada esta tendencia, el largo hechizo chino con los números –desde 1977 no ha dejado de crecer por encima de 6%-, estaría próximo a expirar. Según The Economist, esta posibilidad debería llevar a quienes tienen expectativas optimistas a preguntarse qué es lo que mueve el crecimiento chino. Aunque la interrogante también podría ir en el sentido de indagar por aquello que permite a China desafiar la historia. Pese a todo, las desaceleraciones no implican necesariamente un descalabro siempre y cuando se mantenga el ingreso per cápita real, tal como lo hicieron Japón y Brasil en diferentes circunstancias.

Por otra parte, aun cuando China ha hecho grandes movimientos hacia la liberalización de su mercado, salta a la vista que los países más ricos son también los más democráticos. Y la experiencia demuestra que la transición hacia sistemas democráticos suele coincidir con periodos de decrecimiento económico, con la excepción –destaca The Economist- de Corea del Sur en la década de los 80. De alguna manera esta inflexión podría ser el precio a pagar por China en favor a convertirse en un país verdaderamente libre.

Fuente:

http://www.economist.com/news/finance-and-economics/21627627-new-study-asks-how-long-chinese-economy-can-defy-odds-even-dragons-tire

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