La administración, como ciencia social, ha estado presente en la evolución del ser humano junto con su desarrollo, dejando evidencias en los restos arqueológicos alrededor del mundo: las pirámides de Egipto, la Muralla China, la ciudadela de Machu Picchu, las pirámides de Teotihuacán, entre otros. En ellos podemos observar la planificación, organización, dirección y control que se utilizó en su construcción.
Las ciencias administrativas tienen como evento de nacimiento la publicación del libro de Frederick Winslow Taylor, «The Principles of Scientific Management», publicado en 1911. En este libro, Taylor planteó los principios que sustentaban la perspectiva científica de la administración y daban un nuevo enfoque a la manera de hacer el trabajo en aquella época.
Es por ello que las personas encargadas de la administración de la producción deben asumir nuevas responsabilidades con el fin de alcanzar la máxima eficiencia en la empresa y la máxima prosperidad para los trabajadores.
En 1940, James Burnham, en su libro «The Managerial Revolution», plantea que ni el modelo económico capitalista ni el socialista, de manera exclusiva, puede dar respuesta a los problemas de la sociedad moderna. Burnham nos habla de que el sistema del futuro será el «Managerialista» y que la clase encargada de las naciones no debería ser los administradores.
Hoy vemos el auge de países que han sido «bien administrados», independientemente del modelo económico adoptado, como por ejemplo el denominado «milagro económico asiático» de Corea, Taiwán, Malasia y Tailandia.
La buena administración de estos países en los últimos 25 años permitió a las economías del este de Asia registrar un excelente desempeño económico, lo que se manifiesta en su tasa de crecimiento que superó a las demás regiones del mundo y se acompañó de importantes cambios estructurales en sus respectivos patrones de especialización internacional.
Es por eso que el desarrollo de la administración como ciencia en el país y su aplicación en organizaciones públicas y privadas es fundamental. Esto se verá reflejado en la eficacia esfuerzo del humano y ayudará a mejorar el personal, el equipo, los materiales, el dinero e, incluso, las relaciones humanas.
La aplicación de la administración en las organizaciones públicas y privadas es completamente necesaria e incluso indispensable debido a las siguientes razones:
Una de las aplicaciones más sencillas de la administración en nuestra sociedad es la gestión del hogar, y una de las más complejas es la gestión del Estado. Pero en esencia, en ambos se aplica el proceso administrativo que incluye planificar, organizar, dirigir y controlar.
Este proceso surgió con la humanidad y se extiende a todos los entornos geográficos, y debido a su carácter universal, se encuentra presente en todas partes. En el ámbito del esfuerzo humano, siempre existe un aspecto administrativo en todo esfuerzo planificado.
La importancia de la administración radica en que busca la eficiencia de las organizaciones, a través del esfuerzo humano. Permite obtener y desarrollar los mejores equipos, personas, sistemas y equipos, recursos materiales, dinero y, sobre todo, relaciones humanas.
La administración adquiere mucha relevancia en tiempos de dificultades, crisis, cambios económicos, sociales y tecnológicos, ya que busca que las organizaciones mantengan su liderazgo a pesar de las condiciones cambiantes, a través de la creatividad, el liderazgo y la innovación.
La mejor estrategia para enfrentar con éxito el siglo XXI es aplicar la administración y lograr un mejoramiento continuo en nuestras funciones, operaciones y desempeños.
Saludamos a todos los estudiantes y profesores administradores de la Universidad Privada del Norte, ya que el 14 de febrero se celebra en Perú el Día del Administrador Peruano en conmemoración a la creación del Colegio de Licenciados en Administración. Con ello, ratificamos el compromiso con la formación de administradores competitivos y gestores íntegros, a través de procesos educativos innovadores, investigación e internacionalidad. Fomentamos el pensamiento crítico, el espíritu emprendedor y la responsabilidad social, contribuyendo así al desarrollo sostenible de las organizaciones y al logro de sus objetivos de vida.
*Esta nota es una colaboración de Augusto Francisco Javes Sánchez, coordinador especialista de la carrera de Administración de la Universidad Privada del Norte.
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