El Niño (océano) y la Oscilación del Sur (atmósfera) constituyen lo que se conoce por sus siglas en inglés como ENSO (El Niño-Southern Oscillation). ENSO es un modo natural de variabilidad del sistema climático acoplado océano-atmósfera y surge de las interacciones aire-mar que tienen lugar en el Pacífico Tropical. Por tanto, ENSO se refiere a todo el ciclo de calentamientos y enfriamientos en el Pacífico ecuatorial, siendo El Niño la fase cálida, con una circulación atmosférica asociada que es a su vez una fase de la Oscilación del Sur. La Oscilación del Sur es una oscilación que se produce sobre el gradiente de presión que se establece entre el Pacífico oriental y el occidental, midiéndose como la diferencia de presión en superficie entre Tahití y Darwin.
Este fenómeno ocurre cada 3-7 años y su pico estacional se produce durante el invierno boreal. En las regiones tropicales las circulaciones oceánicas y atmosféricas están altamente conectadas, por lo que la una reacciona rápidamente a las fluctuaciones de la otra.
¿Cómo se origina el Niño?
Para entender el fenómeno comenzaremos por entender lo que ocurre normalmente sobre el Pacífico Tropical en sus componentes más importantes que interaccionan entre sí: vientos alisios, temperatura superficial del mar, presión superficial y afloramiento de aguas profundas.
Condiciones normales
En el ecuador el agua está más cálida que en latitudes altas por la constante incidencia del sol. En la estación de otoño-invierno el viento se hace más intenso sobre el ecuador. Los vientos superficiales ecuatoriales se conocen como vientos alisios y soplan de este a oeste, concentrando estas aguas cálidas sobre el Pacífico occidental y por tanto subiendo la temperatura y el nivel del mar en esa región que se conoce como “reserva cálida”. En esta zona cálida se forman nubes cuando los vientos que cruzan el océano se cargan de humedad y ascienden, lo que favorece las lluvias en la región. El ascenso de aire genera bajas presiones en superficie. Mientras en el este y en las costas de Perú y Chile, los vientos alisios arrastran la superficie y el agua cálida superficial es sustituida por aguas frías más profundas que ascienden mediante un fenómeno denominado afloramiento. Este fenómeno es importante para la pesca ya que el agua profunda es rica en nutrientes, lo que favorece la producción. Esto se ilustra en el océano mediante la elevación de lo que se conoce como termoclina. La termoclina es la zona donde la temperatura cambia muy rápidamente con la profundidad y limita la zona de aguas profundas de las superficiales.
El Niño
Se caracteriza por un calentamiento en el centro y este del Pacífico ecuatorial. Los vientos alisios son más débiles de lo normal, pudiendo llegar incluso a desaparecer, acumulándose por tanto las aguas cálidas en el centro de la cuenca. Esta concentración de aguas cálidas produce un hundimiento de la termoclina en dicha región. Asimismo, la lluvia se activa en el centro-este, donde está el calentamiento, lo que produce inundaciones sobre las islas centrales del Pacífico y en la costa oeste de América del Sur. La ausencia de vientos también debilita el afloramiento en el este por lo que las aguas profundas no ascienden a la superficie, intensificándose el calentamiento de dicha región. Este calentamiento, a su vez, disminuye la diferencia de presión este-oeste, debilitando aún más los alisios.
Comité Multisectorial Encargado del Estudio del Fenómeno de El Niño (ENFEN)
Dentro del ámbito de la Comisión Permanente del Pacífico Sur (CPPS) viene desarrollándose el Programa «Estudio Regional del Fenómeno El Niño». Forman parte de dicho esfuerzo a nivel de la Región del Pacífico Sudeste, los Comités Nacionales de los cuatro países miembros de la CPP: Ecuador, Colombia, Chile y Perú. La recurrencia del Fenómeno El Niño en el Pacífico Sudeste, con marcados efectos socio-económicos, llevó en 1974 a los países que conforman la CPPS a la constitución del Programa Estudio Regional del Fenómeno El Niño (ERFEN), que funciona con la participación de las instituciones de investigación de los países miembros, la coordinación de la CPPS y el apoyo de otras organizaciones internacionales.
En el Perú, el Comité Nacional Multisectorial encargado del Estudio Nacional del Fenómeno El Niño (ENFEN) forma parte de dicho esfuerzo regional, pudiéndose establecer canales de coordinación e información especiales para optimizar sus funciones como:
– Informar sobre la posible ocurrencia del Fenómeno «El Niño», para que con ello se permita adoptar decisiones para adecuar y proteger la infraestructura existente en los distintos sectores, en prevención a los posibles daños que pudiera causar este evento a la población y economía nacional.
– Orientar a los diversos sectores en medidas pragmáticas de previsión que permitan reducir daños y/o aprovechar beneficios.
– Mantener adecuadamente informada a la población sobre las posibles variaciones de su desarrollo.
– Recomendar, asesorar y coordinar las diversas actividades vinculadas al estudio del Fenómeno «El Niño».
De acuerdo al último informe del Comité Multisectorial encargado del Estudio Nacional del Fenómeno El Niño (ENFEN), se mantiene el estado de alerta debido a que las condiciones actuales son consistentes con un evento cálido de magnitud fuerte, sin presencia de lluvias intensas pero con temperaturas en la costa sobre lo normal. Se mantiene el 55% de probabilidad de que el evento El Niño Costero presente magnitudes similares a las registradas durante los veranos de 1982-1983 o 1997-1998.
En los siguientes meses, a lo largo de la costa peruana, se espera que continúen las anomalías positivas de la temperatura superficial del mar y de la profundidad de la termoclina como consecuencia del evento en curso.
Conforme ingresemos a la temporada de lluvias, El Niño costero, según su magnitud, intensificará las lluvias en la vertiente del Pacífico dependiendo de las características estacionales hidrológicas de cada región. Si bien El Niño tendrá mayor influencia sobre las lluvias en la costa norte, existe fuerte heterogeneidad de su impacto en cada región.
*Este post es una colaboración de Margarita Cateriano Calderón, coordinadora de la carrera de Ingeniería Ambiental de la Universidad Privada del Norte.
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