Quilca vive
No recuerdo cómo llegué a Quilca la primera vez. Alguien –acaso algún compañero de aulas– me debió de hablar de aquel mítico jirón, seguramente en mis primeros meses de estudiante universitario, en la gloriosa...
No recuerdo cómo llegué a Quilca la primera vez. Alguien –acaso algún compañero de aulas– me debió de hablar de aquel mítico jirón, seguramente en mis primeros meses de estudiante universitario, en la gloriosa...