El leitmotiv musical como recurso cinematográfico

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Parafraseando a Michel Chion, sería mezquino referirnos a la música cinematográfica como “acompañamiento” del filme porque simplemente forma parte de él. Tampoco podemos aseverar que la música acompaña la imagen, ya que según la circunstancia esta subraya efectos de montaje, movimientos, sensaciones e inflexiones del guión, llegando a convertirse en un recurso narrativo que no solo escolta algo visual. ¿Diríamos entonces que en algunos casos la música catapulta el filme? Esta sería quizá la idea más adecuada para la circulación de la música y su naturaleza dentro de una película.

La convergencia imagen-música ha sido el cimiento principal para el desarrollo de elementos como el leitmotiv musical, el mismo que despliega una serie de funciones que contribuyen con el contenido emotivo y demás sensaciones significativas que envuelven al cine. Según áreas etimológicas, el término proviene del alemán LEITEN (guiar) y MOTIV (motivo). Tiene su origen en la ópera, llegando a usarse por primera vez en 1871 en las obras de Carl María Von Weber. Posteriormente, será Wagner quien se encargará de explotar este elemento en sus dramas musicales. Llamamos leitmotiv a una herramienta artística que se halla asociada a un contenido determinado. Para que sea considerado como tal, este elemento debe estar presente a lo largo de toda una obra; ya sea una pintura, arquitectura, literatura, en teatro, en la ópera o en el cine.

Además de ser un elemento artístico, es también un recurso narrativo. En el cine se plantean leitmotiv sonoros que representan a personajes o situaciones sin que estos tengan que aparecer en pantalla, sirviendo de soporte para el curso de la historia. Un leitmotiv puede ser una palabra, frase, gesto, objeto, armonía o melodía musical. En el caso específico del cine, se identifican plenamente con su contenido representado y solo se usan en relación con este contenido. Es importante mencionar que a pesar de la diversidad expresiva –física, visual o auditiva– que pueda tener un leitmotiv, su concepto y función no varía, ya que siempre la intención será la misma. El leitmotiv difícilmente dejará de ser un recurso recurrente encargado de remitirnos a algo o alguien. Para un mayor entendimiento, divido dichas funciones en tres puntos básicos relacionados con: el personaje, la escena y el filme.

Con relación al personaje

Se asocia al protagonista, antagonista u otro personaje del relato. Este leitmotiv marca los desplazamientos de personaje, actualiza sus pensamientos y su inconsciente. La melodía representa al individuo y esto implica reconocer su origen y psicología, saber quién es. Un ejemplo claro a mencionar es The Godfather (1972) de Coppola, filme donde el pasado juega un papel importante para la narrativa del personaje principal. La melodía es The Godfather Waltz, la cual opera como un perfecto leitmotiv y se asocia a Vito Corleone y seguidamente a su hijo Michael, quien tomará la posta convirtiéndose en el nuevo patriarca de la familia. Dicha melodía actúa como una atmósfera que, en primer lugar, al ser una tarantela a ritmo de vals, remarca la procedencia del protagonista (Vito Corleone). En segundo lugar, es una melodía que se apropia del nuevo padrino (Michael Corleone). Y en tercer lugar, una cadencia que no solo es parte del mundo subjetivo del protagonista, sino también que ocurre un proceso analógico, pues se establece una relación entre un dominio concreto y otro abstracto, siendo la melodía un símbolo recurrente de autoridad y poder.

  • Resalta el carácter y la psicología del personaje, pues ensalza aspectos íntimos u ocultos del personaje, la melodía otorga una dimensión psicológica o un estado anímico que a veces la imagen o las palabras no ofrecen. Aquí la música subraya sufrimientos, alegrías, tristezas, intrigas, desánimos y triunfos que nuestro protagonista experimenta.

Desde que Hollywood empezó a implementar música en sus películas clásicas hasta nuestros días, podemos apreciar que han quedado ciertos patrones melódicos. Sin duda, la industria hollywoodense se ha encargado de dejar los cimientos musicales para los leitmotiv musicales venideros. Es así que la gama de tonos oscuros que nos brinda un violonchelo, un contrabajo o un trombón generalmente se asocian a personajes siniestros y malvados como Darth Vader; por otro lado, el sonido de una trompeta y cuerdas nos remitirán a personajes valientes y heroicos como es el caso de Indiana Jones.

  • Permite conocer qué piensa el personaje, y es que el cine tiene una desventaja si lo comparamos con la literatura: ésta encuentra en la voz humana su método de descripción del pensamiento; ya sea en diálogos, monólogos o gesticulaciones como miradas y actitudes. En el discurso audiovisual, un leitmotiv musical nos permitirá conocer qué es lo que piensa un determinado personaje, muestra de ello es la asesina Beatrix Kiddo en Kill Bill Vol. I y Vol. II, donde su mirada desafiante acompañada de Ironside (Excerpt) de Quincy Jones da a conocer su intención, la cual no es otra que simple sed de venganza y muerte.

Con relación a la escena

  • Anticipa significados, pues en la mayoría de casos el elemento más idóneo que puede darnos una pista de lo que va a suceder o está sucediendo es la música, expuesta en un leitmotiv. En 1975, Spielberg nos presenta Tiburón, filme caracterizado por una composición espeluznante, tensa y acechadora. Es John Williams quien –mediante el empleo del leitmotiv musical– se encarga de “hacer sentir” al espectador el riesgo y la amenaza que acecha las profundidades. Un claro ejemplo de cómo la música al ser trabajada como recurso narrativo puede anticipar significados, en este caso, el de un escualo hambriento y presto a devorar todo lo que esté a su paso.
  • Intensifica significados, en vista que muchas veces una de las funciones de la música en el cine es la de resaltar los momentos con verdadero peso dramático de la historia. Por lo tanto, si a un filme que ya cuenta con una relevante filarmonía como parte de su banda sonora le agregamos un recurso narrativo con un cometido reiterativo como el que posee el leitmotiv, concluiremos en una “incrementada intensificación de significado” de aquello que sucede en pantalla. El leitmotiv musical subraya la acción, logrando -en algunos casos- particularizar la escena, diferenciándola de las demás. Por ejemplo, el Kronos Quartet, en Requiem for a dream de Darren Aronofsky, acentúa los momentos vertiginosos de los protagonistas utilizando potentes cuerdas chirriantes de violín.

Con relación al filme

  • Crea atmósfera, la misma que consiste en hallar el estilo adecuado que demanda las necesidades y características de cada película; ya sea que dichas imágenes requieran de una cadencia de Beethoven o un tema de Iron Maiden. La música, contribuye a impedir zigzageos de lectura, reforzando el sentido narrativo; es decir, si la intención es mostrar una situación emotiva como algo desgarrador y trágico, es la música, gracias a su carácter emotivo, la que reforzará dicha pretensión. Ergo, el leitmotiv musical, siendo un recurso narrativo y repetitivo, también contribuirá a la creación de tal atmósfera.

Por ejemplo, en Hollywood de los cuarenta, gracias a la existencia de un sistema de géneros codificados, los primeros acordes eran suficientes para indicar si la película era un wéstern, una comedia o un melodrama. En los cincuenta, la música determina el estilo que tendrá la película a nivel de estética y contenido: las obsesivas cuerdas en Psicosis y la orquestación romántica en Vertigo, se ajustan perfectamente a la atmósfera de dichos filmes. Hitchcock, muy a menudo, usaba canciones para explotar su familiaridad con el público y también su fácil atractivo emocional para evocar sentimientos de manera inmediata.

  • Acelera o retarda la acción, porque de un tiempo atrás hacia la actualidad, se sabe que las imágenes de acción (James Bond), aventura (Indiana Jones) y suspenso (Tiburón) no serían las mismas si no contaran con ese leitmotiv musical que sabe realzar el ritmo y flujo de determinadas situaciones. Extractos melódicos o armónicos que nos remiten al filme, pues siendo parte de la banda sonora se utilizan para designar el todo –por metonimia, donde dos ejes, música y película, son parte de una relación de interdependencia–, en este caso, hacer referencia al filme por simple asociación.

Empero, un leitmotiv musical no siempre tiene ese efecto acelerador en la acción; también la retarda y es precisamente por eso que también se han creado melodías destinadas a transmitir seriedad, conspiración y poder. Como en la ciencia-ficción, si recordamos La Marcha Imperial propia del maligno Darth Vader o si nos remitimos al drama, las películas de gánsteres tienen como mejor arquetipo a su máximo exponente The Godfather y su ya mencionada melodía.

La música es un arte con un lenguaje particular que posee un sonido directamente experimentado: cualquier significado que exista en una pieza musical está incorporado en el sonido mismo. Así, la música para cine se sirve de ello para generar efectos de sentido; redondeando y definiendo estados emotivos; caracterizando personajes y situaciones, realzando el filme y contribuyendo con la lectura del espectador, generando así, un reforzamiento del sentido narrativo.

Se trata pues, de una música que está al nivel de la enunciación y no del enunciado, pues siendo el director el sujeto de la enunciación, es él quien se vale de melodías, armonías, ritmos y compases, para decir o dar a entender al espectador. El objetivo siempre será alcanzar una unidad narrativa que cohesione el producto final, el filme.

*Este post es una colaboración de Guillermo Torres Campos, docente de la Facultad de Comunicaciones de la Universidad Privada del Norte.

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