“Inicié mi primer día en UPN con sentimientos cruzados debido a que atravesaba una época difícil de mi vida. Estaba muy nerviosa pero a la vez feliz por ingresar a una institución de gran prestigio, con referencias dirigidas a un gerente muy serio, estricto y muy exigente. Era verdad, pero detrás de esta descripción conocí a una gran persona”, relata Patricia Gamarra al evocar sus inicios en UPN.
Ahora, luego de 15 años desempeñándose en diversas posiciones, Patricia manifiesta que la unen a la institución los mejores sentimientos: “todos positivos, alentadores, de muchos logros y metas realizadas, de orgullo y gratitud”. Y añade: “un día de trabajo para mí es un día lleno de actividades, tareas de organización, reuniones y mucha comunicación en pro de objetivos propios pero también en apoyo a mis compañeros y a las diferentes áreas, y no menos importante, nunca dejamos de compartir momentos amenos”.
Refiere que sus hijas siempre estuvieron vinculadas a UPN. “Se hicieron parte de esta familia a través de mí. Conocen las diversas áreas donde me asignaron responsabilidades y de los logros que pudimos alcanzar. Creo que mi perseverancia, mi disciplina, mi cansancio, el estrés, mis lágrimas, mis risas y un gran amor por el trabajo fueron para ellas un aprendizaje continuo. Andrea, egresada de Administración, y María Alejandra, quien culminará el próximo año la carrea de Administración y Negocios Internacionales, se unieron más a mi espacio laboral al decidir estudiar en UPN”.
Patricia concede un valor espacial a la dimensión humana de la institución: “En Upn Somos un gran equipo. Muchas personas que ya no están y trabajaron para que UPN lograra el reconocimiento como la mejor universidad del norte, así como los que hoy todavía conformamos esta gran familia, seguimos aportando lo mejor para lograr que sea reconocida como una de las mejores del país”, expresa.
Actualmente coordinadora de Eventos en la sede Trujillo, Patricia se emociona cuando uno de sus “chicos” le pasa la voz. “Siempre he sentido una gran satisfacción al escuchar ¡mamá Patty!, ¿cómo está?, que es el saludo característico de los antiguos egresados, o ¡tía Patty!, que es el de los egresados recientes que aún recuerdan cuando eligieron UPN como la mejor opción. Algunos me conocieron desde tercero de secundaria a través de los talleres “aprender haciendo” o los cursos ITVU, los talleres vocacionales, talleres de desarrollo personal, charlas motivacionales y otros dictados en colegios. Luego los matriculé y tuve la alegría de insertarlos en el mundo laboral a través de mi gestión en Bolsa de Trabajo y finalmente los vi graduarse. Cierre del círculo. Cómo no ser feliz si siempre tuve la oportunidad de dar y sentirme como una madre de muchísimos hijos”.
Etiquetas:
y nos
pondremos en contacto
para brindarte